Se busca plasmar la conexión entre el béisbol y la vida, como cada regla del juego resulta una escuela de reflexión hasta para los seguidores más remotos cuando los sucesos del mundo indican que ciertas veces las normas de justicia son violadas; el transcurso de las sentencias de bolas y strikes reflejan la pertinencia y compromiso de cada pelotero en respetar la presencia del árbitro.Cada jugador deja lo mejor de sí sobre el campo de juego a pesar de lo complicado que pueda ser su vida.
martes, 13 de mayo de 2025
Chandler Simpson Es el Recordatorio de una Época Pasada del Beisbol
Simpson es el hombre más rápido de las ligas mayores, al convertir cada roletazo de rutina en una aventura. Pero el jardinero novato de los Rays también está probando que es más que un pony de truco.
Stephanie Apstein | Mayo 7, 2025. MLB.com
Los Yankees de Nueva York le dieron a sus pitchers un reporte de escauteo inusual esta semana: Denle al jardinero central de los Rays de Tampa Bay, Chandler Simpson un buen pitcheo para batear. No traten de inducirle a hacer contactos débiles. Intenten que golpée la pelota con la maceta del bate.
Eso tiene sentido. Con el tipo más rápido del beisbol, cada fracción de segundo cuenta. Un roletazo lento es casi un sencillo garantizado __eso fácilmente se puede convertir en doble o triple. “Él está desarrollando un juego diferente a la mayoría de las personas”, dice Jackson Loftin, quien jugase con él en la liga veraniega colegial de Northwoods.
De hecho, a veces parece como si Simpson, 24, experimenta la física de manera distinta al resto de nosotros. Cuando hace contacto __lo cual ocurre 88 % del tiempo, bueno para el puesto 15 en el beisbol __ el tiempo parece en cámara lenta para él cuando para los demás se acelera. Simpson arranca hacia primera base. El desafortunado defensor se apresura a tomar la pelota y lanzarla a primera base. A veces le lanza un vistazo a Simpson. A veces falla en la colocación de sus pies o para conseguir un agarre sólido. A veces lo hace todo bien y aún así no importa. Quieto en primera.
Y entonces empieza el verdadero problema. Los jugadores del cuadro tienen que jugar cerca d la almohadilla para tener alguna oportunidad de contenerlo. Los pitchers que hubiesen preferido lanzar un envío lento escogen una recta para limitar la distancia que el debe recorrer para completar el robo. Todos en el estadio piensan en él.
“La velocidad es lo único que pone nerviosos a los nueve jugadores que están en el terreno”, dice Morgan Ensberg, quien dirigió a Simpson en el Durham AAA.
En las dos semanas y media que han transcurrido desde que Simpson fue llamado, tiene nueve imparables de piernas, igualado en el sexto puesto del beisbol. (Todos los que lo aventajan tienen más del doble de apariciones al plato). Statcast mide su tiempo desde el plato a primera base en 3.97 segundos; es el único pelotero que está por debajo de cuatro segundos. (Algunos scouts tienen ese número más cercano a 3.85). Solo la semana pasada, llegó quieto a primera base con machucones al pitcher, al campocorto, al tercera base y al pitcher otra vez. Esos cuatro sencillos viajaron un combinado de 37 pies en el aire.
Los grandes ligas ahora entienden las quejas que los peloteros de los niveles inferiores han planteado por años: “Todo su juego es un problema”, dice Perry Roth, el coach de banca del Bowling Green Clase A alta.
En AA, Simpson una vez convirtió una línea hacia la banda izquierda en jonrón dentro del parque. En la pelota colegial de verano, anotó desde tercera base con un elevado al cuadro y desde segunda base con un passed ball. En Georgia Tech, una vez anotó desde segunda base con un elevado de sacrificio. En las ligas menores, los rivales jugaban cuadro adentro contra él, sin nadie en base.
De lejos, lo único que Simpson, quien mide 5’11”, y pesa 85 kg, no puede hacer es batear con fuerza la pelota __de ahí el reporte de escauteo de los Yankees. (Ellos lo mantuvieron sin imparables en el primer juego de la serie; entró al segundo como corredor emergente, inmediatamente robó dos bases y anotó la carrera del empate; y en el tercer juego consiguió dos sencillos de piernas y anotó con otro). De ahí que le fuese dada poca importancia al hecho de que fuese un prospecto hace dos semanas y media.
Simpson tuvo solo una oferta de la División I de la NCAA, de la University of Alabama en Birmingham, al salir de la escuela secundaria. Aun después de formar parte del equipo all-freshman de la conferencia en 2021, solo recibió una posición temporal para el verano colegial con Fond du Lac (Wisc.) Dock Spiders. Pero jugó tan bien que no pudieron dejarlo ir __dejó promedio de .378 y 55 bases robadas en 51 juegos, la marca de una temporada para la Northwoods League __Georgia Tech tomó nota de eso. Ahí, el lideró la División I con .433 de promedio. Pero quedó para la segunda ronda del draft de 2022.
Los entrenadores buscaban tipos altos y robustos que puedan batear bombazos”, dice Mike Lancaster, quien lo dirigió en St. Pius X (Atlanta) Catholic High School. “Bien, ese no es Chandler”.
El chiste era que en la escala de escauteo del 20 al 80, él tenía 90 en velocidad y 10 en poder. Nunca ha sobrepasado la cerca como profesional; la única vez que lo hizo en la universidad, fue porque el jardinero flumbeó la pelota. Su promedio de velocidad de salida este año es 83.8 mph; en 2021, el último año que los pitchers batearon regularmente, ellos como grupo promediaron 83.6 mph. Pero Simpson nunca trató de ser alguien quien no era.
Su madre Edye, y su padre, Ralph, son educadores; Ralph destacó en el beisbol de la escuela media y sabía que su hijo no tenía el componente genético para convertirse en toletero de poder. Así que una vez que comprobó que la mayoría de los otros peloteros no estaban robando bases por voluntad propia, él animó al derecho Chandler a batear a la zurda para ganar un paso al salir de la caja de bateo, y trabajaron para moldear sus destrezas a sus talentos naturales.
“Cualquier cosa puede ocurrir si pone la pelota en juego”, le recordaba Ralph a su hijo. “Nada puede ocurrir si haces swing y fallas”.
En el estacionamiento antes y después de los juegos, mientras otros padres hablaban con sus hijos de cómo castigar las pelotas, los entrenadores de St. Pius oían a Ralph recordándole a Chandler: “No levantamos la pelota. La bateamos sobre el suelo”.
Esa estrategia no llamó la atención de la mayoría de los buscadores de talento. “Él no destacaría en una demostración porque sus destrezas no eran atractivas”, dice Ralph. “Pero durante el juego, su talento impacta. Afecta el juego, y ahí es donde él tenía la ventaja”.
Y a Chandler le gustaba t ato ese estilo anticuado que no le molestaba alejarse del prototipo moderno. “Siempre he tratado de causar estragos”, dice él. “Estoy feliz de sobresalir por desarrollar mi juego y ser quien soy”.
Aún así, la falta de poder le preocupa a la mayoría de los equipos, así como las preguntas acerca de su defensiva en segunda base, donde pasó la mayor parte de su tiempo en la universidad. Pero él era el experimento perfecto de los Rays.
“En toda mi carrera, nunca he visto un pelotero tan subestimado por la industria”, dice Kevin Boles, el manager de Simpson en el Montgomey AA. Él suspira mientras explica: “Porque es diferente. Ahora todo trata de velocidad de salida- Todo es impactar la pelota. Lo suyo solo toma algo más de tiempo. Él termina bateando un doble o triple __solo tiene que robar sus bases para hacerlo. Eso también es impacto”.
Pero muchos peloteros han llegado al deporte con una velocidad increíble, solo para reconocer que no se puede robar la primera base. Lo que separa a Simpson de los Billy Hamilton, Terrance Gore y Herb Washington del pasado es su habilidad para hacer contacto.
“La velocidad es una herramienta inútil sino se puede batear la pelota”, dice Ensberg. “Pero él también tiene una destreza élite en el contacto bate-pelota. Me parece que hay una discusión en que su contacto bate-pelota es tan bueno como su velocidad”.
Entre esas herramientas y su complexión, los Rays estaban emocionados con lo que tenían. “Este muchacho el mejor enfoque, la mejor determinación y la mayor ética de trabajo de cualquier pelotero en toda nuestra organización”, dice Jared Sandberg, coordinador de jardineros y corrido de bases.
Simpson ha trabajado con Hamilton y estudiado las grabaciones de los campeones de bateo Rickey Henderson y Luis Arraez en el plato. Habló con Tony Gwynn Jr. de lo que hacía grande a su papá. Ha tomado prestadas las mecánicas de carrera de los velocistas olímpicos Usain Bolt y Michael Johnson. Una vez, cuando los Rays le pidieron a Simpson que hiciera un pequeño ajuste en su swing, él pasó todo un día libre observando los videos de otros estilos de bateo similares.
Él no deja nada al azar. “Mi rutina es como la de un viejo”, dice él. “Quiero se capaz de correr como lo hago ahora a los 34, 35, 36 años de edad”. Empieza su día dedicando tiempo a las botas de compresión, entonces me sumerjo en la tina caliente, luego trabaja desde sus pies pasando por los tobillos, las pantorrillas, las caderas y la espalda baja. Eso le puede llevar una media hora. Solo entonces él empieza las sesiones típicas pre juego de levantamiento de pesas y bateo.
Y mientras él subía la escalera __un liderato de ligas menores de 94 bases robadas en 2023, otro liderato de ligas menores de 104 en 2024, un promedio general de .389 __empezó a contestar esas preguntas acerca de si esto funcionaría. “Ha funcionado hasta ahora”, le gustaba decir. ¿Qué es un nivel más?”
Los Rays estuvieron de acuerdo. “No se puede tomar como referencia ejemplos recientes para decir, ‘Oh, mira estos ejemplos para darte un indicio’”, dice Erik Neander, presidente de operaciones de beisbol. “Ellos en verdad no existen. Así que la única manera para en verdad entender esto es darle la oportunidad”.
Se podría decir que Simpson la ha asumido.
STEPHANIE APSTEIN
Stephanie Apstein es una periodista que cubre el beisbol y los deportes olímpicos para Sports Illustrated, donde empezó como pasante en 2011. Ha cubierto 10 Series Mundiales y tres Juegos Olímpicos.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. Mayo 12, 2025.
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