martes, 23 de septiembre de 2025

La incandescencia de aquel juego perfecto de Armando Bastardo

Aquella noche de hace dieciséis años conversé alrededor de una hora con un hombre que había llenado de gloria al béisbol del estado Sucre, no podía creer que hubiese conocido por casualidad en una camioneta por puesto de Los Teques al pitcher estelar de la selección juvenil del estado Sucre cuando ganaron los campeonatos nacionales de 1966,1967 y 1968. Él, más que uno de los baluartes era el lider de aquel equipo. El propio pitcher de cabecera, el muchacho de la película. Armando Bastardo dejó marca de 13-3 en aquellos 3 campeonatos juveniles. La actuación que más se recuerda es una donde lanzó 17 episodios en blanco antes de que el juego fuera suspendido por lluvia. El juego se reanudó varios días después y Sucre se llevó el campeonato. Esa actuación provocó que los Navegantes del Magallanes le hicieran una oferta de 5.000 dólares de bonificación; Bastardo la rechazó, nunca firmó para jugar en el profesional. “Está bien, vamos a hablar, pero me tienes que decir si en el mercado de Cumaná todavía se consiguen aquellos dulces de casabe, coco, clavo especia y papelón. Piñonatos, eso es lo que más recuerdo de Cumaná”. Si ahí estaba el artífice de al menos dos de los tres campeonatos nacionales juveniles que había ganado el estado Sucre entre 1966 y 1968. Pero más allá de eso lo que más relumbraba en mi memoria era que en más de cincuenta años de Liga Venezolana de Beisbol Profesional, todavía no se había producido (y sigue sin producirse) el primer juego perfecto. Los dos antecedentes más cercanos a la liga profesional son las joyas de pitcheo logradas por Gustavo “Mocho” García en 1952 y por el mismo Armando Bastardo protagonista de esta historia en 1971, ambas ocurridas en el beisbol aficionado AA. El juego perfecto de Gustavo “Mocho” García data del 19 de abril de 1952, entonces lanzando para el Locomotora de La Guaira, venció 5-0 al Intendencia Naval. García era de Carúpano, desde ese momento ese juego perfecto fue otra de las armas que esgrimían los carupaneros en su rivalidad deportiva y general con los cumaneses. Aquel béisbol amateur era tan bravo que en Cumanacoa existe una leyenda que habla de un equipo local que venció al propio “Patón” Carrasquel en un juego de exhibición en los años cuando jugaba en Grandes Ligas”. Todavía tengo grabado el titular del diario El Universal; “Armando Bastardo lanza juego perfecto en victoria 5-0 del MOP Zona 10 ante Urbanos”. Bastardo empezó a rememorar sus tiempos de pelotero en Cumaná con cierta mirada nostálgica. “Me tuve que venir a Caracas porque allá era difícil conseguir trabajo. Empecé a trabajar en el MOP y me dieron la oportunidad de jugar en el equipo AA” Subimos la acera de la calle Las Flores y devoramos las letras del periódico. La reseña de El Universal crepitaba en mis memorias, “El MOP-Zona 10 se fue adelante con jonrón solitario de Oscar Rivas en el cierre del primer inning”. En el quinto otro vuelacerca de Rivas con dos corredores a bordo alejó 4-0 al MOP Zona 10 ante el abridor Rubén Illas.
“Aquellos equipos de Sucre que ganaron esos campeonatos juveniles tenían mucha mística, mucho respeto. Había mucha química con el manager Ramón Rivas. Siempre salía alguien que hacía la jugada o daba el batazo”. Bastardo apretaba entre las manos su agenda. “En el octavo tramo Silvio Flores destapó imparable y Rivas se apareció con su cuarto incogible, un doble remolcador”. En el noveno acto Simón Delgado emergió por Francisco Oliveros como primer bateador de Urbanos, bateó un globo hacia los predios de Luis Maldonado en la segunda base. Era un elevado inofensivo pero alejado del camarero. Maldonado se arrojó de cabeza hacia su izquierda y atrapó la pelota cuando estaba a punto de tocar la grama. Superado el susto, Bastardo retiró a Pedro Millán con rodado al campocorto Silvio Flores, y al emergente Tadeo Flores con roletazo por la tercera almohadilla. El segundo juego perfecto del béisbol amateur se había logrado en el estadio Chato Candela un 23 de septiembre de 1971, en medio de la final del campeonato AA del Distrito Federal realizado entre los equipos: MOP Zona 10, Teléfonos, Vigilantes y Urbanos. “La atrapada de Maldonado me calmó bastante los nervios, todavía recuerdo como se movió con rapidez y se lanzó de cabeza para agarrar esa pelota”, Bastardo inclina el torso hacia adelante en el mueble como cuando se doblaba en el montículo para precisar las señas del cátcher. “Ahí me di cuenta que estaba cerquita del juego perfecto, pero no quise distraerme con eso. Bastardo hojeó un libro de pitchers venezolanos donde estaba documentada su hazaña y se inclinó en la silla de la sala. “Hasta el noveno inning no sabía nada del juego perfecto. Si había notado que casi nadie se me acercaba y me preguntaba ¿Qué está pasando aquí?” Cuando íbamos saliendo para servir en el noveno escuché: “Hay que echar el resto, es un juego perfecto”. Sólo cuatro de los 27 outs los hizo en los jardines. Una línea de Francisco Depón a la izquierda en el primer episodio, un par de elevados al bosque derecho de Francisco Oliveros y de Pedro Millán en el tercero y un elevado de Rafael Barrera al leftfield en el octavo. ‘Muy pocas veces usé la curva’, agregó Bastardo. “Casi todos los lanzamientos que hice fueron rectas en la esquina de afuera.’” En la alineación de Urbanos destacaban el cátcher William Troconis y el jardinero Wilibaldo Quintana quien luego saltaría al profesional con los leones del Caracas. Hasta el momento solo cinco pitchers venezolanos han lanzado un juego perfecto en el beisbol profesional, todos en el beisbol organizado estadounidense. En la Liga venezolana se han lanzado varios juegos sin hits ni carrera, ninguno perfecto hasta el momento. Los pitchers que lanzaron juego perfecto: Marcos Castillo en la California League (A) vistiendo el uniforme del San Bernardino venció 4-0 a Lake Elsinore en nueve innings, el 14 de junio de 1999. Guillermo Moscoso en la New York-Penn League (A) con la camiseta de los Tigers de Oneonta para vencer 6-0 a los MuckDogs de Batavia en nueve innings, el 15 de julio de 2007. Jeanmar Gómez, el 21 de mayo de 2009, en la Eastern League AA, defendiendo los colores del Akron venció 3-0 en trabajo de nueve innings al Trenton. Martín Pérez, el 19 de abril de 2011, en la Texas League AA, con el Frisco para vencer al Arkansas 1-0 en cinco innings. Félix Hernández, 15 de agosto 2012, en la Liga Americana, con los Marineros de Seattle venció a los Rays de Tampa Bay 1-0 en nueve innings; el séptimo juego perfecto con marcador 1-0 que se lanzaba en las grandes ligas.
Es cierto que el juego perfecto de Armando Bastardo no ocurrió en el beisbol profesional ante rivales de cierto nivel técnico y competitivo, sin embargo los méritos de un juego perfecto son indiscutibles en cualquier categoría o liga, más aún si recordamos que el beisbol AA o de máxima categoría amateur de Venezuela, tenía tan buen nivel en aquella época, que muchos peloteros firmados desde esa instancia fueron regulares de inmediato con sus equipos profesionales, como por ejemplo Gonzalo Márquez, o Chalao Méndez.
Alfonso L. Tusa C. 3 de agosto de 2021. ©

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