Se busca plasmar la conexión entre el béisbol y la vida, como cada regla del juego resulta una escuela de reflexión hasta para los seguidores más remotos cuando los sucesos del mundo indican que ciertas veces las normas de justicia son violadas; el transcurso de las sentencias de bolas y strikes reflejan la pertinencia y compromiso de cada pelotero en respetar la presencia del árbitro.Cada jugador deja lo mejor de sí sobre el campo de juego a pesar de lo complicado que pueda ser su vida.
martes, 15 de julio de 2025
Preguntas y respuestas con Don DeLillo. Un intercambio de correos electrónicos acerca de su libro Underworld, el beisbol, y el sexagésimo aniversario del Batazo que se Oyó Alrededor del Mundo, de Bobby Thomson
Rafe Bartholomew. Octubre 12, 2011.
En honor al sexagésimo aniversario del “Shot Heard ‘Round the World” (“El Batazo que se oyó alrededor del Mundo”) de Bobby Thomson, el autor Don DeLillo, ganador del National Book Award contestó algunas de las preguntas de Grantland acerca de escritura, beisbol, y el histórico tercer juego de la serie de desempate entre Gigantes de Nueva York y Dodgers de Brooklyn que terminó con el jonrón de Thomson. El prólogo de la novela de DeLillo está ambientado en ese tercer juego. Un extracto de ese prólogo está disponible aquí.
¿Puede usted explicar como se estructuró Underworld? El prólogo primero fue publicado como una novela breve, “Pafko en la Pared”, en la revista Harper’s en 1992, pero Underworld no fue publicada hasta 1997. ¿Cuándo usted escribió Pafko ya planeaba usar esa escena como el inicio de una novela larga?
DD: Un día en octubre de 1991, supe por el artículo de un periódico que ese día se cumplía el cuadragésimo aniversario de un famoso juego de beisbol efectuado en Nueva York en el viejo Polo Grounds, Gigantes versus Dodgers. El evento estaba ubicado en algún lugar cercano a los límites extremos de la memoria, mía y de muchas otras personas. Pero un aura reiterada persistió y eso me envió a la biblioteca donde descubrí las noticias que me sobresaltaron: ese mismo día de octubre, el gobierno de Estados Unidos anunció que la Unión Soviética había explotado recientemente una bomba atómica. Los dos eventos parecían encajar, al menos para mí, dos tipos de conflicto, rivalidades locales y globales. Empecé a trabajar en lo que creía sería una larga historia y en algún punto bien adentrado en la empresa empecé a sospechar que las narrativas del juego de pelota y la prueba atómica necesitaban prolongarse __bien hasta las últimas décadas del siglo veinte. Yo estaba ansioso por dar ese salto.
Cuando estaba trabajando en la novela, decidí que cada parte del título derivaría de un artefacto cultural existente __una pintura, un libro, película, composición musical, etc. Así que cambié “Pafko at the Wall”, ahora el prólogo de la novela por el título de una pintura de Bruegel referida en el texto __”The Triumph of Death”.
¿Recuerda donde estaba usted el 03 de octubre de 1951, durante el tercer juego? ¿Era usted fanático de los Dodgers o de los Gigantes (o de los Yankees, dado que usted es del Bronx)? ¿Qué recuerda de la carrera por el banderín, del juego, del jonrón de Bobby Thomson, y de lo que se sentía en Nueva York aquel día?
DD: Estaba en el consultorio odontológico del Dr. Fish. Crotona Avenue en el Bronx. Era fanático de los Yankees y como ellos ya habían ganado la carrera de la Liga Americana, el juego de Polo Grounds era simplemente, desde mi punto de vista, un método para determinar al oponente de los Yankees en la Serie Mundial. El radio estaba encendido en la oficina del odontólogo y cuando Bobby Thomson descargó su jonrón histórico __”el batazo que se escuchó alrededor del mundo” __ hubo celebración en la oficina y en la sala de espera. Me senté en la silla del dentista tratando de sonreír, aun con todos esos implementos odontológicos que tensaban mi boca.
¿Qué le hizo escoger ese juego como un momento para retratar a Estados Unidos en la cúspide de la guerra fría y la era nuclear?
DD: Ese juego de playoff ocurrió solo seis años después del final de la segunda guerra mundial y al comienzo de una era que sería conocida como la guerra fría. En retrospectiva, me parecía estar embutido entre eventos mundiales significativos como una de las últimas oportunidades en las cuales la enorme alegría de las personas las llevaba a las calles para correr y gritar y escalar los postes de alumbrado (pero no para quemar automóviles o saquear grandes almacenes comerciales). El juego, para los seguidores de los Dodgers, constituyó una herida tan profunda que permaneció a través de sus vidas. La memoria colectiva de Brooklyn todavía mantiene la imagen del pitcheo Ralph Branca ante Thomson. El significado del beisbol, más que cualquier otro deporte, descansa en la naturaleza del juego __ lento y disperso y laberíntico. Es un juego de historia y memoria, una especie de archivo viviente.
Si usted fuese a escribir una novela de alcance similar posterior a la guerra fría en Estados Unidos y comenzara con una escena deportiva, ¿Cuál piensa usted que podría ser?
DD: Para retratar los Estados Unidos en los últimos veinte años, pensaría inmediatamente el el futbol americano, probablemente el Super Bowl en su suntuosa sugerencia de un deseo de muerte nacional.
El prólogo de Underworld contiene la aparición de algunas figuras históricas como Frank Sinatra, J. Edgar Hoover, Jackie Gleason y Toots Shor. ¿De cual de estos personajes te fue más grato escribir? ¿Qué tan diferente es construir un personaje cuya vida ya está parcialmente definida por la historia de otro que es completamente ficticio? ¿Prefiere usted uno en vez de otro?
DD: Gleason, Hoover, Shor y Sinatra fueron personajes vívidos del juego de pelota y la prueba nuclear. Pero en la novela fue Lenny Bruce quien marcó la seriedad del reto. Sus apariciones por supuesto son pura ficción y en la novela ellas sirvieron para trazar las profundas aprehensiones de la crisis cubana de los misiles experimentada a través de uno de los individuos más notorios de la sociedad. La prueba para mí, por supuesto fue divertida de la manera que pudo haber sido divertida, con el peligro de los misiles volando hacia su destino a cualquier hora o minuto. Disfruté el reto y sentí que la voz de Lenny era la contraparte urbana y étnica de la cultura de los 1960s que estaba a punto de nacer.
En su entrevista de 1993 para The Paris Review, usted describió al lenguaje de esta manera: “…el placer sheer de hacerlo y ensamblarlo y verlo formarse en la página y oírlo silbar en mi cabeza”. Eso me recuerda al deporte, el sentimiento que tenemos cuando estamos absorbidos en el juego jugando muy bien. ¿Piensa usted que el deporte y la escritura tienen algún punto de creatividad en común?
DD: Cuando el trabajo sale bien, puede alcanzar un nivel de espontaneidad y de incertidumbre que es estimulante __pero eso no hace que el escritor (No este escritor) golpee la mesa. Es un sentido interior de satisfacción que a menudo es tan fugaz que no puede ser reproducido (o aún recordado) cuando el escritor regresa a la página en una actitud más crítica el día siguiente o seis meses después.
En la misma entrevista usted dice que escribir “Pafko at the Wall” le dio más placer que cualquier otra de sus obras escritas hasta ese momento. ¿Fue el proceso de escribir el resto de Underworld tan placentero? ¿Qué hizo de escribir el prólogo algo tan grato?
DD: Mucho del placer deriva del hecho de que había crecido jugando pelota en la calle y después en el parque de juegos y luego en un campo en East Bronx que representaba una súplica por la renovación urbana. Por supuesto que yo también seguía el beisbol a nivel de grandes ligas. El lenguaje y la costumbre estaban profundamente engranadas __una jerga del beisbol que es única y detallada y nativa. Eso representa un reto interesante para un escritor de ficción que adapta el lenguaje a su contexto particular. Cuando yo hablaba a un grupo de traductores extranjeros acerca de Underworld, pasaba casi un día, exclusivamente con el idioma y la sintaxis y las reglas del juego de beisbol. Estaban interesados pero pienso que el lenguaje seguía siendo esencialmente griego para ellos, excepto para el traductor griego; ella no sabía de que se hablaba.
Catorce años después que Underworld fue publicada y 19 años desde que Harper’s publicase “Pafko at the Wall”, ¿Cómo ha cambiado la manera como usted mira ambas piezas de escritura?
DD: Muy a menudo los traductores me piden responder preguntas y esas miradas de la novela me dicen que mis sentimientos por ese libro se han profundizado a través de los años. Eso me parece más ambicioso ahora de lo que fue cuando trabajaba día a día: cinco años que ahora parecen comprimidos en los dobleces y junturas de la rutina diaria. Me parece como nuevo, lleno de pasajes que había olvidado. Estimo que es la respuesta de un hombre a la cultura y literatura de un país que nunca deja de ser sorprendente.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. 31 marzo 2025.
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