miércoles, 19 de noviembre de 2025

Cookie Rojas. 1963 Topps. Esquina de las barajitas.

Bruce Markusen.
Los trabajadores del Salón de la Fama también son seguidores del béisbol y les gusta compartir sus historias. Aquí está la perspectiva de un aficionado desde Copperstown. 2018 marca en aniversario 55 de una de las series más intrigantes y vibrantes de Topps. La serie de 1963 de Topps nos regala dos imágenes fotográficas en el frente de la barajita, una a color y otra en blanco y negro. La fotografía de fondo ocupa la mayor parte de la barajita mientras que la pequeña foto en blanco y negro está ubicada en la esquina inferior derecha. Aun en una imagen de blanco y negro, hay mucho de color a ser hallado en la serie de Topps de 1963. Cada barajita tiene una amplia banda coloreada cerca de la parte inferior. Topps también incorpora un círculo coloreado en la esquina inferior, que sirve como una especie de marco alrededor de la fotografía más pequeña. Combinadas con la vitalidad del color de las fotografías que Topps produjo en esta serie, esos diseños hicieron impactante a las barajitas de 1963. La barajita de novato de Cookie Rojas es un ejemplo excelente de eso. La barajita de Rojas, con su banda naranja en la parte inferior, dominada por la gorra naranja rojiza de Rojas, sobresale entre las selecciones de 1963. También es un ejemplo de las primeras aerografías de Topps. Para el momento cuando esta fotografía fue tomada, en algún momento de 1962, Rojas aún era miembro de los Rojos de Cincinnati. Durante el invierno, los Rojos lo cambiaron a los Filis de Filadelfia. Debido al parecido de los uniformes de rayas usados por los Rojos y los Filis a principios de los 1960s, Topps no necesitó hacer mucho en términos de alterar la camiseta de Rojas. Pero la gorra fue claramente pintada, con el tono de rojo de los Filis y la “P” mayúscula impuestos sobre los colores y el logo de los Rojos. La gorra también luce un poco grande para el cráneo de Rojas, lo que nos lleva a preguntarnos si el departamento de arte de Topps creo la gorra por capricho. Mi parecer es que Topps no lo hizo; pienso que Rojas simplemente usaba una gorra que era una talla más grande. Dado el tamaño de la gorra y de sus grandes anteojos, Octavio “Cookie” Rojas el pelotero clásico salido del molde de un Mickey Mantle o Willie Mays. Los anteojos le daa A Rojas el aspecto de un joven estudioso, inteligente en su barajita de 1963, pero en este caso eso no es un estereotipo. Como joven estudiante en Cuba, Rojas mostró tal inteligencia que su padre, un doctor exitoso, creía que su hijo tenía la habilidad para convertirse en doctor también. Rojas, sin embargo, mostró poco interés en la medicina, quería jugar beisbol, una ocupación menos tensa, sin embargo también muy demandante. Contrario a los deseos de su padre, el joven Rojas de 17 años de edad firmó un contrato profesional con los Rojos, quienes habían desarrollado una conexión de prospectos cubanos que asignaban a sus filiales de ligas menores a través de los Havana Sugar Kings. Inicialmente los Rojos asignaron a Rojas al West Palm Beach de la Florida State League. Mientras jugaba para la filial de ligas menores Clase D, Rojas recibió el apodo de “Cookie”. En realidad, el apodo de Rojas desde la niñez había sido “Cuqui”, una palabra española que significa “bien parecido” o “adorable”. Pero los periodistas confundieron “Cuqui” con “Cookie”, y empezaron a llamarlo por ese sobrenombre. Rojas no tenía ninguna afinidad por las galletas; el apodo estadounidense fue simplemente un error, tal cual.
Casi de inmediato,Rojas impresionó al cuerpo técnico de los Rojos con su defensiva, la cual lindaba con la brillantez. Los Rojos tenían muy pocas dudas de que Rojas pudiera jugar segunda base en las ligas mayores. Pero tenían muchas dudas de su habilidad para batear. Rojas tuvo dificultades para batear para promedio o poder, aún en las ligas menores inferiores. En seis temporadas completas de ligas menores. Rojas nunca bateó por encima de .275. En 1959, Rojas subió para jugar en categoría AAA con los Sugar Kings, la filial de los Rojos en la International League, pero solo bateó .233. Él permaneció con el equipo de La Habana al inicio de la temporada de 1960, pero la revolución cubana forzó a la franquicia a reubicarse en Jersey City a mediados de verano, lleva{andose a Rojas con el resto del equipo. Rojas no regresaría a Cuba, porque se desencantó del tipo de gobierno impuesto por Fidel Castro. Luego de otra temporada completa en Jersey City en 1961, Rojas finalmente llegó a jugar con los Rojos en 1962. Aunque había jugado media docena de años en las ligas menores, todavía tenía solo 23 años de edad, suficientemente joven para tener una carrera significativa. Rojas ejecutó el papel de utility del cuadro interior para los Rojos, pero no bateó mucho, lo cual llevó a que lo enviasen de vuelta a la pelota AAA, esa vez a Dallas7Ft. Worth. Regresó a Cincinnati en el segmento final de la temporada, pero sus reiteradas fallas ofensivas convencieron a los Rojos de que nunca batearía lo suficiente para establecerse en las ligas mayores. Después de la temporada, ellos tiraron la toalla con el joven jugador del cuadro al enviarlo a los Filis de Filadelfias por el pitcher derecho Jim Owens, quien había tenido muchas dificultades en 1962. El cambio resultaría ser un toque genial para los Filis, quienes estaban buscando armar un equipo capaz de competir en la Liga Nacional. Al unirse a los Filis en el entrenamiento primaveral de 1963, Rojas jugó como infielder de reserva del segunda base Tony Taylor y del shortstop Bobby Wine. Pero su papel aumentó en 1964, se convirtió en el utility capaz de jugar en cualquier posición excepto primera base y pitcher. También bateó .291, mucho mejor que lo que había hecho en cualquier temporada de ligas menores. El sorpresivo éxito de Rojas con el bate ayudó a los Filis a convertirse en fuerte contendor en la carrera por el banderín, solo para ver al equipo colapsar durante las dos semanas finales de la temporada. La ética de traba de Rojas impresionó mucho al cuerpo técnico de los Filis, especialmente al manager Gene Mauch. En una entrevista con Los Angeles Times muchos años después, Mauch dijo que nunca dirigió a un pelotero que practicara tan duro o tan bien como Rojas. “Coolie jugaba como practicaba”, le dijo Mauch al periodista de Times Ross Newhan. “Siempre estaba muy bien preparado. Tenía una velocidad promedio, poder marginal, y unas manos maravillosas. El trabajó en hacerse adepto al beisbol situacional. Por ejemplo, si había que tocar la pelota, si había que dirigirla con el bate, el podía hacerlo contra cualquier persona... Cookie practicaba mejor que cualquier pelotero que tuve”.
En 1965, Rojas se graduó como titular, incluso en dos posiciones diferentes. A veces jugaba segunda base, y otras veces jugaba en el jardín central. Los Filis sabían que Rojas podía manjar las responsabilidades de ambas posiciones, pero estaban impactados por lo bien que bateaba. Rojas bateó para un tope de su carrera .303 y se embasó 36 % de sus veces al bate. Rojas jugó tan bien que ganó algunos votos en la carrera por el jugador más valioso de la Liga Nacional. Rojas acreditó su surgimiento en el bateo a un juego que alguna vez se ejecutaba en los estadios, pero ahora es solo un asunto del pasado: Pepper. Es un juego en el cual un pelotero lanza la pelota a un compañero desde corta distancia, obligándole a reaccionar de inmediato y tratar de hacer contacto con la pelota. “Me di cuenta de que no podía concentrarme en la jaula de bateo porque muchas personas gritaban”, le dijo Rojas a Philadelphia Bulletin. “Así que trabajé en mi balance jugando pepper, más que todo con Bobby Wine lanzándome la pelota desde unos veinte metros”. Wine y Rojas también se convirtieron en tandem del cuadro interior. Cuando Rojas jugaba segunda base, formaba una magnífica combinación de dobleplay con Wine, un hábil shortstop. Al cubrir mucho terreno y ejecutar el dobleplay a las mil maravillas, Rojas y Wine inspiraron a algunos miembro de los medios de Filadelfia a acuñar el eslogan, “The Plays of Wine and Rojas”. El eslogan, una especie de apodo colaborativo, fue tomado de la popular película de 1962, Days of Wine and Roses. Desde 1966 hasta 1969, Rojas se estableció como segunda base titular de los Filis, pero mantuvo su versatilidad. En 1967, jugó al menos un juego en cada posición, excepto primera base. También mostró buena destreza para tocar la pelota, lo cual alcanzó su pico cuando lideró la liga con 16 toques de sacrificio en 1967. Pero su promedio de bateo disminuyó cada temporada a finales de los 1960s, todo un declive hasta .228 en 1969. Dada su caida ofensiva y la irrupción de Denny Doyle, Rojas se convirtió en material de cambio. Ese diciembre, los Filis incluyeron a Rojas en un cambio grande donde lo enviaron a él y al primera base Dick Allen, entre otros, a los Cardenales de San Luis por Curt Flood, Tim McCarver, Byron Browne, y Joe Hoerner. El cambio se haría famoso por el ímpetu de la demanda de Flood contra Major League Baseball, pero también resultaría una gran sacudida en la carrera de Rojas. “Yo tenía 31 años de edad y no encajaba en los planes de los Filis.”, le dijo Rojas al Nevada Daily Mail. “Cuando llegué a San Luis, ellos tenían a Julián Javier (en segunda base) y no me necesitaban”. Con Javier por delante de él en la carta de jerarquía, Rojas se convirtió en un ajuste raro en San Luis. A nadie extrañó que su estadía con los Cardenales solo durase 23 juegos. El 13 de junio, dos días antes de la vieja fecha límite de cambios, los Cardenales negociaron a Rojas al equipo de expansión Reales de Kansas City por un jardinero y tercera base, llamado Fred Rico. El cambio tuvo pocos titulares, pero fue una adquisición hábil para los Reales. Rojas se convirtió en su segunda base titular, y estabilizó el cuadro interior de un equipo joven e inexperto. Aún así, Rojas enfrentaba un dilema. Con su esposa enferma, él consideraba retirarse después de la temporada de 1970 para así ocuparse del estado de salud de ella.
Afortunadamente, la salud de su esposa mejoró. Rojas decidió seguir con los Reales. En 1971, Rojas tendría su mejor temporada ofensiva, al batear para .300 mientras alcanzaba topes para su carrera en porcentaje de embasado (.357) y porcentaje de slugging (.406).También hizo combinación con Freddie Patek, el nuevo campocorto titular de los Reales. Rojas no solo participó en el equipo de estrellas de la Liga Americana, sino que también recibió alguna consideración en la carrera del jugador más valioso de la liga, al terminar décimocuarto en la votación. En las próximas tres temporadas, Rojas siguió siendo un sólido colaborador, al batear en el rango de los .260 hasta .270 y ser seleccionado tres veces seguidas al juego de estrellas. A nivel local, Rojas se convirtió en uno de los miembros más populares de los Reales, al atraer a los aficionados con su manera fajadora de jugar, su defensiva estable, y su habilidad para poner la pelota en juego. También empezó a recibir algo de atención nacional, especialmente en el juego de estrellas de 1972. Al ser llamado como bateador emergente por Earl Weaver, Rojas procedió a descargar un jonrón. El juego general de Rojas no empezó a mostrar declive significativo hasta 1975, cuando su promedio de bateo cayó hasta .254. El verano siguiente, él le abrió espacio a un joven Frank White, un segunda base con más alcance y poder que Rojas. Siempre un jugador de equipo, Rojas no protestó. Aceptó el papel de jugador utility y ofreció a White el beneficio de su década y media de experiencia en las ligas mayores. Rojas también aumentó su popularidad cuando los reales aseguraron el título de la división oeste de la Liga Americana ese verano. Los seguidores celebraron mientras él y Patek saltaron a las fuentes de agua posteriores a la cerca de los jardines en Royals Stadium. Rojas jugaría una temporada más en Kansas City. En octubre de 1977, los Reales despidieron al envejecido jugador del cuadro, quien había anunciado su retiro. Rojas se convirtió en el coach de primera base de los Cachorros de Chicago, quienes lo activaron como pelotero en septiembre de |1978. Resultó que Rojas nunca participó en ningún juego con los Cachorros. Al final de la temporada de 1978, Rojas se retiró, asi terminó su carrera en las grandes ligas que había empezado 16 años antes Rojas siguió siendo coach y scout para los Cachorros, antes de trabajar como coach con los Angelinos de California.Se convirtió en manager de los Angelinos por un breve lapso, forjó una marca cercana a los .500, pero los Angelinos lo cesantearon cuando faltaban dos semanas de temporada. Luego tomó un empleo con los Angelinos como scout de avanzada, y después tuvo pasantías como coach de los Marlins de Florida, Mets de Nueva York y Azulejos de Toronto. Una vez que su carrera en el terreno terminó, el bien hablado Rojas se dedicó a la locución. Se convirtió en narrador de lenguaje español para los Marlins. He oído que Rojas muchas entrevistas de Rojas --es tan fluido en inglés como en español-- y siempre lo he encontrado encantador, reflexivo y apasionado por el juego. Puedo ver porque le gustaba tanto a Gene Mauch . Claramente, este es un hombre que conoce el juego por dentro y por fuera, y que usó ese conocimiento para ayudarse a sobresalir como jugador de ligas mayores.
Si alguna vez tiene la oportunidad de escuchar a Cookie Rojas hablar de beisbol, no la deje pasar.
Bruce Markusen es el gerente de aprendizaje digital y de divulgación en el National Baseball Hall of Fame
Traducción: Alfonso L. Tusa C. Noviembre 19, 2025.

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