viernes, 21 de febrero de 2025

Jeff Torborg, Catcher de Tres Juegos sin imparables ni carreras y manager, fallece a los 83 años de edad.

Llamó cada pitcheo del juego perfecto de Sandy Koufax en 1965. Luego de diez temporadas jugando en las mayores, fue manager de los Medias Blancas y los Mets.
Michael S. Rosenwald. The New York Times. 21 enero 2025.
Jeff Torborg, un beisbolista irrestricto que recibió tres juegos sin imparables ni carreras, incluyendo el juego perfecto de Sandy Koufax en 1965, y como manager revivió a los Medias Blancas de Chicago, pero fracasó espectacularmente con los Mets, falleció este domingo 17 de enero en Port Orange, Fla. Su deceso, en un hospital, fue informado por los Medias Blancas, con quienes ganó el premio Manager del Año en 1990- En los años recientes tuvo dificultades con el mal de Parkinson, dijo su hijo Greg. Durante sus diez temporadas en las mayores, la mayoría de ellas con los Dodgers de Los Angeles, Torborg tuvo la reputación de un receptor resistente y cerebral que no podía batear __ una deficiencia que atenuaba con el valor que añadía con su gran manejo de los pitchers. “Siempre he disfrutado la parte mental, el lado mecánico del juego”, le dijo a The Sporting News en 1973. “Siempre me ha emocionado hacer algo que no aparezca en el box score, como evitar un wild pitch”. Torborg fue uno de solo 18 catchers en la historia de Major League Baseball que recibió al menos tres juegos sin imparables ni carreras. El primero que vivió __el juego perfecto de Koufax, durante el cual el zurdo ponchó a 14 Cachorros de Chicago__ está entre las actuaciones de pitcheo más grandes de todos los tiempos. Esa era apenas la segunda temporada de Torborg en las grandes ligas. Llamó cada pitcheo de ese juego. “Sandy no desperdició muchos pitcheos en ese juego en particular”, le dijo al historiador George Castle del Chicago Baseball Museum en 2005. Los Dodgers ganaron la Serie Mundial esa temporada, el único campeonato que Torborg ganó como pelotero o manager. En 1970, Torborg recibió segundo juego sin imparables ni carreras, lanzado por el derecho de los Dodgers Bill Singer. Torborg se fue a los Angelinos de California el año siguiente, y en 1973 __su temporada final como pelotero__ llamó el primero de los siete juegos sin imparables ni carreras de Nolan Ryan.
Los catchers no reciben crédito por los juegos sin imparables ni carreras, pero Torborg entendía la importancia del papel que cumplen. “Siento que la selección de pitcheos de un catcher, donde pide los lanzamientos, su conocimiento del repertorio de los pitchers y su familiaridad con las fortalezas y debilidades de los bateadores rivales pueden ser factores importantes para hacer que ocurra un juego si imparables ni carreras”, le dijo a The New York Times en 1989. Luego de retirarse, Torborg pasó las próximas tres décadas como coach o manager, incluyendo estancias con Cleveland, los Yankees, los Medias Blancas de Chicago, los Mets, los Expos de Montreal y los Marlins de Florida. Su mejor año como manager fue 1990, durante su segunda temporada con los Medias Blancas, cuando el equipo terminó con marca de 94-68 después de perder 92 juegos en 1989. Torborg le dio mucho crédito de su éxito a la atmósfera de familia que él promovió, incluyendo permitir que las esposas viajasen con el equipo. “Me refiero a ¿por qué no ibas a querer que los peloteros estuvieran con sus familias en las giras en vez de salir a algún lugar?” le dijo en una entrevista de 2010 al narrador deportivo de Idaho State University e historiador de los Medias Blancas de Chicago, Mark Liptak. Los Medias Blancas terminaron la temporada de 1991 con marca de 87-75, pero eso no fue suficientemente bueno para el nuevo gerente general del equipo, Ron Schueler. Torborg, tuvo que buscar trabajo, y lo consiguió en 1992 como dirigente de los Mets__ un equipo plagado de grandes estrellas como Eddie Murray, Dwight Gooden, Vince Coleman, Bobby Bonilla y Bret Saberhagen. Pero el equipo colapsó en medio de las lesiones, los enfrentamientos de clubhouse y el juego deficiente. El énfasis de Torborg en los valores familiares no era popular entre muchos de los veteranos del equipo, quienes rechazaban la idea de llevar las esposas en las giras. “El clubhouse, el terreno de juego, el palco de prensa todos eran propiedad de los veteranos, y aún así ahí estaba Torborg rompiendo todas las reglas”, escribieron Bob Klapisch y John Harper en “The Worst Team Money Could Buy” en su libro acerca de la temporada desastrosa de los Mets. Torborg no daba su brazo a torcer. Hacia el final de la temporada determinó que varios juegos en San Luis y Chicago contaran con la presencia de las esposas.
“El día que los Mets salieron para San Luis”, escribieron Klapisch y Harper, “apareció una nota anónima garabateada en la cartelera del clubhouse: SEIS DÍAS DE INFIERNO”. Los Mets terminaron con marca de 72-90. Torborg fue despedido a principios de la temporada de 1993 luego de un inicio de 13-25. Los periodistas deportivos lamentaron su despido. “Uno llega a sentir que Nueva York llegó a disgustarse mucho con Torborg que no podía considerarlo como uno de sus muchachos o notar la personalidad deportiva”, escribió Claire Smith en The Times. “Es el tipo de cosas que confunde la diatriba con la discusión inteligente, la mentalidad que cree que el puño es más poderoso que la razón”. Jeffrey Allen Torborg nació el 26 de noviembre de 1941, en Plainfield, N.J., el menor de dos hijos, y creció en el cercano Westfield. Su padre, Robert, trabajaba en la industria de los seguros. Su madre era Winifred (Kenney) Torborg. Torborg fue un beisbolista All-American en Rutgers. Lideró la nación con un promedio de bateo de .537 en su temporada de año final, y los Dodgers lo firmaron en 1963 con un bono de 100.000 $ (el equivalente de alrededor de un millón de dólares actuales. Jugó una temporada con el equipo filial de Albuquerque, donde su reputación como bateador colapsó contra un pitcheo de mejor calidad.
Le sobreviven su esposa de casi 62 años, Suzie (Barber) Torborg; tres hijos, Doug, Greg y Dale; cuatro nietos; y dos bisnietos. A pesar de su pobre bateo en las ligas menores, Torborg fue promovido rápidamente a las grandes ligas. Se maravilló de cómo el manager de los Dodgers, Walter Alston, un dirigente del Salón de la Fama, lo colocaba en la alineación. “Él sabía que yo no bateaba nada”, le dijo Torborg a Baseball Digest en 2002, “pero aún así me ponía a jugar. No sé como lo eligieron al Salón de la Fama con ese tipo de juicio”.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. 14 febrero 2025.

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