Se busca plasmar la conexión entre el béisbol y la vida, como cada regla del juego resulta una escuela de reflexión hasta para los seguidores más remotos cuando los sucesos del mundo indican que ciertas veces las normas de justicia son violadas; el transcurso de las sentencias de bolas y strikes reflejan la pertinencia y compromiso de cada pelotero en respetar la presencia del árbitro.Cada jugador deja lo mejor de sí sobre el campo de juego a pesar de lo complicado que pueda ser su vida.
viernes, 7 de marzo de 2025
¿Dónde Están Ellos Ahora? El Antiguo Toletero de los Indios de Cleveland Andre Thornton.
El ex estrella de la tribu se sobrepuso a la tragedia personal para desarrollar una productiva carrera de 14 años en las ligas mayores.
Al Doyle. Baseball Digest. Septiembre 2002.
Con casi una década de éxito consistente desde 1994, es fácil olvidar las décadas oscuras de los Indios de Cleveland en el beisbol. El equipo nunca terminó por encima del tercer lugar desde 1960 hasta 1993. Las carreras por el banderín __y hasta por los primeros lugares__ eran conceptos extraños, la tribu nunca llegó más cerca de 11 juegos del primer lugar en ese tiempo.
Los héroes fueron escasos durante las décadas flacas de Cleveland, pero un pelotero se estableció como actor de calidad e influencia estabilizadora.
Andre Thornton pasó una década con los Indios (1977-1987), y fue uno de los pocos puntos positivos consistentes, para una franquicia en perpetua dificultad. Aún teniendo habilidad para empujar carreras y batear con poder, Thornton tuvo una ruta intrincada hacia las ligas mayores.
Firmado en 1967 como tercera base por los Filis de su ciudad natal, Thornton fue cambiado a los Bravos y luego a los Cachorros antes de debutar en las ligas mayores como primera base a finales de 1973.
Después de batear 10 jonrones, con 46 carreras empujadas y promedio de .261en su temporada de novato en Wrigley Field en 1974, Thornton tuvo una temporada de irrupción en 1975.
Con 18 jonrones y 60 carreras empujadas en solo 372 turnos al bate, Thornton mostró la productividad que se convirtió en su marca de fábrica. Agregue un promedio tope en su carrera de .293 y 88 boletos, y el porcentaje de embasado de .433 de Thornton estuvo entre los más altos de las ligas mayores.
Como tuvo menos de 502 turnos al bate, Thornton no fue elegible para estar entre los líderes de la Liga Nacional en porcentaje de embasado y promedio de slugging, pero se ubicó alto en ambas categorías.
El éxito de la temporada anterior se desvaneció en 1976, el promedio de bateo de Thornton cayó casi 100 puntos hasta .194 mientras jugaba para Cachorros y Expos.
“Pude haber sido cambiado porque tuve un comienzo lento, lo cual no era inusual para mí”, dijo Thornton. “Irónicamente, bateé un triple contra los Expos el día anterior de ser cambiado. Me golpeé dos dedos mientras me deslizaba en tercera base”.
Thornton consideró el dolor de los dedos como una lesión menor, pero resultó ser mucho más seria.
“Al principio, pensé que los dedos estaban hinchados”, recuerda él. “No podía apretar el bate apropiadamente, y me di cuenta un mes después que había estado jugando con los dedos fracturados”.
Montreal envió a Thornton a los Indios de Cleveland antes de la temporada de 1977, y despachó 28 jonrones con 70 carreras empujadas y .263 de promedio. Su paciencia en el plato (70 boletos en 433 turnos al bate) ayudó a Thornton a alcanzar un porcentaje de embasado de .379.
“A diferencia de hoy, poncharse mucho era considerado negativo cuando yo estaba en las ligas menores”, dijo Thornton de su habilidad para dejar pasar malos pitcheos. “Tuve un par de managers que insistían en que los bateadores hicieran contacto o negociaran el boleto en vez de poncharse por andar buscando el batazo largo”.
Una marca de 71-90 es poco destacable, pero significó cierto avance para Thornton. Los Indios terminaron en el cuarto puesto del este de la Liga Americana y esa fue la primera vez que Thornton escapó del sótano en su carrera de grandes ligas.
La mayoría de los peloteros no consideraba a Cleveland como un lugar adecuado para vivir todo el año durante la época cuando los Indios estaban enclaustrados en la segunda división.
Thornton y su esposa Gert veían las cosas de otra manera, al decidir hacer de Cleveland su hogar poco después de haber sido cambiado a los Indios.
“Muchos peloteros viven una vida transitiva __pasan parte del año en la ciudad donde juegan y regresan a casa cuando termina la temporada”, observó Thornton. “No queríamos eso. Nuestros hijos estaban creciendo, y queríamos establecer un hogar permanente”.
Thornton siempre profesaba su fe cristiana, dijo como él y su esposa decidieron convertirse en residentes de Cleveland.
“Orábamos por eso”, dijo él. “No había nada dramático ni señales. Solo sentíamos paz viviendo en Cleveland”.
La fe de Thornton fue puesta a prueba poco después de la temporada de 1977.
Manejaba de regreso al área de Filadelfia con su familia para asistir a una boda. Aunque conducía cautelosamente en medio de una tormenta de invierno, la camioneta van de Thornton se salió fuera de control en una carretera montañosa enhielada cerca de Somerset, Pennsylvania.
El vehículo se estrelló contra un riel de defensa vial, lo cual ocasionó la muerte instantánea de Gert Thornton y la hija de tres años de la pareja, Theresa. Thornton y su hijo Andy, de cuatro años de edad, sobrevivieron al accidente.
Llegaron muchas cartas y tarjetas condolencias para Thornton, pero responder los millares de notas era lo que menos le preocupaba. Además de enfrentar la pérdida de su esposa e hija, estaba enfocado en su hijo y tenía que encargarse de las necesidades del muchacho durante los viajes por carretera previos a la temporada de 1978.
No sería descabellado esperar que Thornton tuviese un desempeño pobre, pero el dejó la adversidad y la presión a un lado y largó 33 jonrones (un tope de su carrera que igualó en 1984) con 105 carreras empujas y .262 de promedio mientras jugaba para un equipo que tuvo marca de 69-90.
Lo que hace esos números aún más impresionantes en medio de la tragedia personal, es que Thornton tuvo muy poco respaldo del resto de la alineación de los Indios.
Estaba rodeado por Buddy Bell (seis jonrones, 62 carreras empujadas, .279 de promedio), John Grubb (14, 61, .275) y Gary Alexander (17, 62, .235; pero con 100 ponches en 324 turnos al bate).
Thornton aprovechó cada oportunidad de remolcar carreras cada vez que esta se presentaba, mientras sobrepasaba las 100 empujadas con 133 imparables.
Solo meses después de una prueba personal de la magnitud más grande, el bateador derecho Thornton terminó entre los cinco mejores bateadores de la Liga Americana en jonrones, carreras empujadas, boletos y porcentaje de slugging.
En su libro de 1983 Triumph Born of Tragedy, Thornton admite que continuar su carrera en el beisbol fue difícil.
“Físicamente, trabajé duro en el campo de entrenamientos, haciendo lo que sabía casi instintivamente luego de tantos años en el beisbol”, dijo él. “Pero mentalmente no me sentía listo para seguir jugando beisbol. El juego parecí8a insignificante luego de lo que yo había experimentado”.
“A veces, yo me perseguía el pensamiento de que era hora de dejar el beisbol y dedicarme al ministerio cristiano a tiempo completo, porque el juego parecía muy insignificante ante los temas de la vida y la muerte. Pero Dios dejó claro que mi ministerio todavía estaba en el beisbol, de que era capaz de jugar varios años más”.
Aunque sus números cayeron a .233, con 26 jonrones y 93 carreras en 1979, Thornton fue parte de un equipo con balance positivo por primera vez en su carrera de grandes ligas, mientras los Indios dejaban marca por encima de .500; 81-80.
Thornton solo jugó en otro equipo con marca superior a .500. Eso ocurrió en 1981 cuando los Indios terminaron con marca de 52-51 en una temporada recortada por la huelga de peloteros.
Aunque él nunca apareció en juegos de postemporada, Thornton no se lamentaba por haberse quedado con los Indios.
“Como eso era algo sobre lo que no tenía control, nunca me preocupé por lo que pudo haber sido”, dijo él.
Thornton explicó que la percepción popular de que la nómina de Cleveland en los años 1970s y 1980s carecía completamente de talento, no era del todo cierta.
“Durante mi estadía tuvimos muchos buenos peloteros y algunos pitchers de calidad __John Denny, Rick Sutcliffe, Bert Blyleven__ pasaron por Cleveland”, dijo él.
“El problema era que la gerencia no pudo mantenerlos juntos por mucho tiempo. Tenían que cambiar a los peloteros por prospectos o para resolver otras carencias”.
Con dos años productivos en su haber luego de la pérdida de su esposa e hija y un feliz segundo matrimonio, podría parecer que la adversidad había quedado en el pasado para Thornton, pero ese no era el caso.
“Tuve que operarme dos veces la rodilla derecha”, dijo él. Las cirugías forzaron a Thornton a perder toda la temporada de 1980 y solo consumió 226 turnos al bate en 1981.
La falta de condiciones por perder un año de beisbol era evidente, mientras Thornton apenas bateaba para .239 con seis jonrones y 30 carreras empujadas. Pasó de primera base a bateador designado en 1982 y de inmediato se adaptó a su nuevo trabajo.
Luego de dos temporadas perdidas, Thornton regresó con una venganza, al despachar 32 jonrones con un tope personal de 116 carreras impulsadas. Un promedio de bateo de .273 con 109 boletos fue bueno para un porcentaje de embasado de .389, y Thornton fue seleccionado para su primer equipo de estrellas (también apareció en el juego de 1984).
Solo actuó al campo en ocho juegos en 1982, pero Thornton aceptó el papel de bateador designado con su usual actitud de calma.
“Los Indios tenían a Mike Hargrove para jugar primera base”, dijo él. “Mike fue un buen pelotero y amigo”.
Aunque sus números de poder decayeron en 1983 (17, 77, .281), Thornton todavía era un bateador selectivo y productivo. Regresó en 1984 para batear 33 jonrones y remolcar 99 carreras con promedio de .271 a los 35 años de edad.
Thornton largó 22 jonrones y 88 carreras impulsadas en 1985, pero su promedio cayó a .336 para unos Indios que dejaron marca de 60-102.
Como es usual en este caso, sus números declinaron con la edad, Thornton apenas bateó para .229 con 17 jonrones y 66 carreras empujadas en 1986.
Aún cuando los Indios fueron considerados contendores en 1987, la temporada resulto un desastre. Gracias a una abultada efectividad de 5.28, Cleveland terminó en último lugar con marca de 61-101.
Thornton fue el hombre olvidado del equipo, al aparecer en solo 36 juegos. Con solo diez imparables en 85 turnos al bate (.185), cerró su carrera con 1342 imparables, 253 jonrones y .254 de promedio de bateo vitalicio. Sus boletos (876) excedieron sus ponches (851), lo cual es raro en un bateador de poder.
Con tres temporadas de 30 jonrones, Thornton fue considerado un toletero en una época cuando esos números eran un logro significativo. El declinó estimar el tipo de números que pudo haber alcanzado en la época de poder desenfrenado de hoy.
“No me gusta teorizar o especular entre una época y otra”, dijo Thornton. “Diré que los grandes bateadores de poder de esa ápoca __Greg Luzinski, George Foster, Mike Schmidt y Don Baylor__ habrían sido grandes bateadores hoy”.
El intento de Thornton de permanecer con los Indios fue frustrado.
“Tenía algún dinero diferido en mi contrato”, recuerda él, “y fui a hablar con Dan O’Brien, quien era el gerente general. Le pregunté a Dan que podía hacer por el equipo, y él nunca me contestó”.
Thornton siempre ha tenido algo que hacer desde que se retiró del beisbol. Todavía reside en el área de Cleveland y empezó a investigar sobre oportunidades de negocios durante sus días de jugador activo.
La sociedad que empezó con dos restaurantes Applebee’s, creció rápidamente hasta veinte locales. Thornton y sus socios vendieron la cadena en 1996, y ahora trabaja como consultor independiente de negocios.
No contento con solo ofrecer consejos de negocios, Thornton estableció recientemente Global Sports and Promotions Inc. La firma provee productos de marca como ropa, tazas de café y bolígrafos a través de NorteAmérica.
Las charlas públicas es otra especialidad de Thornton. Ha aparecido en más de 1000 funciones desde iglesias y prisiones hasta grandes convenciones de negocios.
El antiguo primera base de 53 años de edad es muy entusiasta acerca de hablar a las multitudes, es fácil ver porque es exitoso en esa área.
Hágale a Thornton una pregunta y él responderá con una oración completa y reflexiva. Escoge las palabras con precisión, buscando la frase correcta para justificar su punto de vista.
“Me preparo cuidadosamente para cada charla. No importa si le voy a hablar a 5 o 1000 personas”, especificó Thornton. Cuando las personas me buscan quiero decirles algo significativo”.
Al haber experimentado una vida que incluye grandes éxitos y desdichas descorazonadoras, Andre Thornton indudablemente tiene mucho que compartir con sus audiencias.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. 09 marzo 2024.
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