domingo, 20 de julio de 2025

Un Nómada del Beisbol aún está en la Movida.

Edwin Jackson jugó para 14 equipos de MLB, una marca. Su próxima (y potencialmente última) parada es Tokyo para los Juegos Olímpicos.
The New York Times. 25 de julio de 2021.
Edwin Jackson todavía usaba pañales la primera vez que se mudó. Nació en Neu-Ulm, Alemania, donde su padre cumplía servicio con la armada estadounidense. Pero los deberes cambian, y para el momento cuando Jackson cumplió 1 año, su familia se había mudado a Fort Polk, La. A los 6 años, la familia regresó a Alemania por otros dos años. “Les expliqué que este es mi trabajo”, dijo Edwin Jackson Sr., quien sirvió en la armada por 22 años. “Eso requiere que empaque y me vaya de manera abrupta. Así que ellos estaban preparados y esperaban eso”. Esas expectativas prepararon al joven Jackson para una existencia nómada en Major League Baseball. ¿Será esta la parada final del viajero de 37 años? Para tratar de ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Tokyo como integrante del bullpen del equipo de Estados Unidos. Jackson recuerda con agrado sus primeras experiencias en el exterior: Estaban los helados alemanes que nunca sabían completamente como los de Estados Unidos, y también las excursiones a campo traviesa para visitar castillos. Su periplo de 90 minutos para llegar a la escuela en Hesse desde la casa de la familia de estilo dúplex militar, que le daba suficiente tiempo para hacer la tarea escolar. “Era una especie de dopaje”, dijo él de su niñez. Pero estar en un solo lugar nunca estuvo en los planes. La próxima parada de la familia fue Columbus Ga., donde Jackson Sr. trabajó en Fort Benning antes de retirarse como sargento de primera clase. Columbus, una ciudad-condado consolidada a lo largo del Chattahoochee River, ofreció un raro panorama de estabilidad, mientras el joven permaneció ahí a través de la escuela secundaria. Despues de convertirse en estrella en Shaw High School, Jackson fue seleccionado por los Dodgers de Los Angeles en la sexta ronda del draft de Major League Baseball en 2001. Su gira de servicio empezaba. Cuando las personas conocen a Jackson, frecuentemente hacen la misma pregunta: ¿Puede nombrar todos los equipos para los que jugó en orden? “Puedo, pero no será rápido”, advierte Jackson, el veterano de 17 años en MLB que jugó para 14 equipos (una marca), antes de listar casi la mitad de los equipos de la liga. “LA, Detroit, ¡quiero decir Tampa Bay!”
El pitcher se recuperó, y ofreció un final perfecto: “De Tampa Bay a Detroit. De Detroit a Arizona. De Arizona a los Medias Blancas. De los Medias Blancas a San Luis, De San Luis a DC. De DC a Chicago. De Chicago a los Bravos. De los Bravos a los Marlins. De los Marlins a San Diego. De San Diego a Baltimore, creo. De Baltimore de vuelta a los Nacionales. De los Nacionales a Oakland. De Oakland a Toronto. De Toronto a Detroit”. Nadie en la extensa historia de los libros de MLB puede superar esa lista de organizaciones. Jackson es el vago por excelencia de su deporte, un legado que él insiste fue “predestinado” por su crianza. Dusty Baker, quien dirigió a Jackson en los Nacionales en 2017 y sirvió en los Marine Corp Reserve, piensa que la niñez de Jackson le hizo bien. “Cuando se es el niño de un militar, se ha tenido que cambiar, se ha tenido que conocer nuevos amigos, se ha tenido que dejar viejos amigos, y entonces seguir siendo amigos de los que dejaste”, dijo Baker. “Eso se llama preparar el camino para esta vida”. El viaje de Jackson en las grandes ligas empezó con los Dodgers el 9 de septiembre de 2003, en su vigésimo cumpleaños. Fue convertido en pitcher desde su posición original de jardinero, en esa época resultó clasificado como el prospecto número 4 de Baseball America, venció al futuro inquilino del Salón de la Fama Randy Johnson en su debut. “Eso lo catapultó de manera probablemente injusta porque no estaba listo para todo eso”, dijo el manager de los Angelinos Joe Maddon, quien dirigió a Jackson con los Rays y los Cachorros. A pesar de la progresión apresurada de Jackson, Maddon pensó que tenía “al próximo Bob Gibson”, en sus manos cuando el derecho fue enviado a Tampa Bay en 2006. Jackson sería seleccionado para el equipo de estrellas con Detroit en 2009, lanzaría un jugo sin hits ni carreras de 149 envíos con Arizona en 2010 y ganaría un título de Serie Mundial con San Luis en 2011. Sin embargo nunca alcanzó completamente las expectativas que se tenían de él al llegar a las mayores. Una marca vitalicia de 107 – 133 y una efectividad de 4.78 lo llevaron a seis cambios y varios despidos, porque los equipos “se sentían frustrados por no poder aprovechar su talento”, que Maddon dijo “todos reconocieron”. “Este tipo todavía tiene un brazo de oro”, agregó Baker. “No me puedo explicar porque ha estado en tantos equipos. Nunca causó ningún problema, nada. Algunos solo son del tipo trotamundos”. Criado en una casa relajada a pesar del trabajo militar de su padre, Jackson aprendió a moverse con la corriente. Consideraba cada nuevo destino una oportunidad para dejar una huella positiva y apreciaba la diversidad que venía con cada nuevo clubhouse y comunidad.
“Los que se pueden ajustar pueden seguir evolucionando en la vida”, dijo Jackson. Agregó que los que no pueden va a “atascarse en arenas movedizas”. “¿Quién tiene una historia perfecta?”, preguntó él. Jackson no estaba seguro si aceptaría la invitación del equipo de Estados Unidos para jugar en estos Juegos Olímpicos, pero su esposa Erika, lo puso en camino. Un agente libre, Jackson pitcheo por última vez en las mayores en 2019. Había estado haciendo bullpen y manteniéndose en forma, alcanzando las 95 mph en el radar. Pero después que recibió y rechazó una invitación para el entrenamiento primaveral “super, super bola baja” este año, no estaba seguro acerca de movilizarse otra vez “¿Estás loco? Esta es una oportunidad que solo se presenta una vez en la vida”, le dijo su esposa una veterana de la fuerza aérea que también había crecido en el ambiente militar. “Esto no es MLB. ¡Estos son los Juegos Olímpicos!” “Si no lo haces, lo vas a lamentar”. Esa palabras hicieron que Jackson aceptara la oferta, y terminó describiendo los juegos de clasificación como “algunos de los momentos más divertidos que he tenido en el beisbol en mucho tiempo”. El viaje a Japón tiene el potencial de algo más que diversión. También es una oportunidad para representar. Jackson nació fuera del país, viene de una familia militar por varias generaciones y es un pelotero negro en una época cuando los indicadores demográficos están en declive. La habilidad para hacer un impacto en los Juegos Olímpicos no termina en Jackson, la secretaria de la alianza de los jugadores o su familia, especialmente después de años cuando el deporte y las fuerzas armadas ha estado enfrentados en asuntos de justicia social y racial. “No solo quiero representar al país, quiero representar a mis amigos afroamericanos que juegan beisbol”, dijo Jackson, quien creció viendo estrellas de los Bravos como Andruw Jones, Fred McGriff, David Justice, Otis Nixon y Brian Jordan. “Quiero ser capaz de influenciar a un joven deportista afroamericano que nunca haya jugado beisbol. Que me miren y digan, ‘Caramba, tal vez podría ser como él’”. Que Jackson esté jugando para el equipo de Estados Unidos significa mucho para su padre. “Para mí como un padre que sirvió a su país, pienso que eso coincide con que el vaya allá”, dijo Jackson Sr. “También esta sirviendo por su país”. Jackson dijo que ganar oro en Tokyo sería “la creme de la creme”, o “el mejor final de una historia”, pero no se ha rendido respecto a un potencial regreso a las mayores.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. 27 de Julio de 2021.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Conversación acerca de Tony Conigliaro

Bruce Markusen. The Hard Ball Times. 17-02-2012. Ha habido pocas tragedias como la de Tony Conigliaro. A la edad de 22 años, él ya había...