martes, 5 de agosto de 2025

Angel Eyes.

Roger Ebert. 18 de mayo de 2001. Rogerebert.com
Jennifer López es muy buena, una de esas raras actrices que pueden ganarse nuestra simpatía instintiva. Demuestra eso en “Angel Eyes”, al interpretar a una dura policía que hace todo lo que puede por aislarse del mundo, y aún así siempre parece dispuesta a confiar y cuidar. La historia de la película incluye la relación asustadiza con un hombre llamado Catch (Jim Caviezel), cuyos muros son más altos que los de ella. ¿Quién es este Catch? Camina las calles con un largo sobretodo, cabizbajo, solitario, deprimido, pareciendo uno de los ángeles de “Wings of desires”. Una vez a la semana le lleva los víveres a una interna llamada Elanora (Shirley Knight). La primera vez que ve a Sharon, el personaje de López, se detiene y la mira a través de la ventana de un restaurant no con lujuria o curiosidad, sino como si estuviera tratando de restablecer una conexión perdida. López construye a Sharon, no con retazos de viejas películas de policías, sino con términos específicos. Es una buna policía desde un punto de vista técnico, firme, confidente, valiente. Quiere hacer el bien y castigar la maldad, solo gradualmente entendemos que su orientación hacia esa carrera puede haberse formado desde temprano en su vida, cuando llamó a la policía cuando su padre (Victor Argo) golpeaba a su madre (Sonia Braga). Su padre la ha repudiado por eso, su hermano todavía está molesto por eso, y hasta su madre defiende al padre. Después de todo, él no lo hizo más, reclama la madre, a lo cual Sharon replica que quizás lo habría hecho, si ella no hubiese actuado. Enfrentar a otros infractores de la ley puede ser su forma de probar que estaba en lo correcto en aquella ocasión. La película, dirigida por Luis Mandoki, tiene intrigantes escenas iniciales. ¿Es esto una película de suspenso? ¿O de lo sobrenatural? ¿A quien le pertenecen los ojos de ángel? ¿Es un ángel? ¿O Catch solo aparece como un ángel guardián mientras custodia sus secretos? Aún nos hacemos esas preguntas durante una parte de la película donde Sharon está mirando una pistola que apunta a su rostro, y su vida es salvada por…Catch. Hablan. Es como un juego de ajedrez verbal. Catch no solo responde pregunta, las desvía; sus respuestas redefinen la conversación, tal como un movimiento inesperado cambia la lógica sobre el tablero. Ella lo invita a su casa. Ella hurga en las gavetas. Él le gusta a ella. Ella empieza a besarlo. El no quiere que lo besen. Se mueven a un ritmo de gato y ratón en el cual uno y otro huyen a su vez, y uno y luego el otro persiguen. Ella lo sigue a su apartamento. Está vacío excepto por un futón. “Esto es todo”, dice él. “Vivo aquí. Camino alrededor de la ciudad. Eso es todo, excepto como me siento por ti”. Pero ¿cómo se siente él por ella? “Angel Eyes” es un romance evasivo y complejo que involucra a dos personas quienes quieren ser inaccesibles. Es intrigante ver su danza de atracción y retirada. Mientras tanto los secretos de las situaciones de ambas familias emergen; crédito para el guionista, Gerald DiPego, por no resolver el punto muerto con el padre con una fácil recompensa.
Hay muchas películas de policías porque sus vidas se prestan para la emoción en el argumento de una película. Se involucran con tipos malos. Tienen acción. Pasan mucho tiempo bebiendo café en restaurantes, porque ir a esos lugares aporta el escenario ideal para una toma cara a cara que no luzca defectuosa o viole el lenguaje corporal. Por estas y otras razones “Angel Eyes” es una película de policías, pero su historia real no involucra a la policía, involucra vidas dañadas y la posibilidad de que el amor pueda sanarlas Jim Caviezel, quien ha estado haciendo películas por 10 años, emergió en “The Thin Red Line” (1998) y luego interpretó al hijo de Dennis Quaid __ el que contacta a su padre con una señal de radio que viaja hacia atrás en el tiempo en “Frequency” para revivir entrañables momentos de beisbol y familia. Aquí tiene una cualidad elusiva, soñadora, al usar la pasividad como una máscara para las emociones punzantes, profundas. Como aparentemente no desea conocer a nadie, ¿por qué se siente tan atraído por Sharon? La respuesta ha estado esperando por nosotros desde la escena inicial. López tiene una gran asignación aquí, al mantenerse plausible en escenas de acción, y quisquillosas, resbaladizas escenas de diálogo. Ella y Caviezel interpretan notas engañosas, también lo hacen los otros actores, especialmente Victor Argo como el hombre terco y duro, y Sonia Braga como su atribulada esposa. El guión no los deja zafarse del gancho. Y hay que notar la simplicidad y convicción que la veterana Shirley Knight le da a su papel, sin forzar el efectismo, sin recurrir a las emociones falsas, encarnando aceptación. Esta es una película sorprendentemente efectiva. Nota a pie de página: Debido a que “Angel Eyes” avanza con firmeza por tanto tiempo, sospecho que los últimos segundos de la película fueron dictados sobre un gran esfuerzo del director. La película llega al final exactamente con la nota correcta, y entonces la banda musical muestra prematuramente a David Gray cantando “Sail Away With Me Honey” y agita el ánimo. Sé que Hollywood cree que cada audiencia debe ser favorecida con un final optimista, pero esta película se ha ganado su silencio final y lo merece. ¿No podría la pantalla al menos haber migrado al negro antes de la irrupción de la música?
Roger Ebert fue el crítico de cine del Chicago Sun-Times desde 1967 hasta su muerte en 2013. En 1975, ganó el premio Pulitzer como crítico distinguido.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. 06 de octubre de 2021.
Nota del traductor: Es realmente intensa, escalofriante, impactante, la escena en la taberna de jazz donde Catch se levanta a revivir su pasado como trompetista y en una interpretación de un aparente soplo infinito hurga las notas más desgarradoras del jazz y la melancolía.

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