Se busca plasmar la conexión entre el béisbol y la vida, como cada regla del juego resulta una escuela de reflexión hasta para los seguidores más remotos cuando los sucesos del mundo indican que ciertas veces las normas de justicia son violadas; el transcurso de las sentencias de bolas y strikes reflejan la pertinencia y compromiso de cada pelotero en respetar la presencia del árbitro.Cada jugador deja lo mejor de sí sobre el campo de juego a pesar de lo complicado que pueda ser su vida.
miércoles, 20 de agosto de 2025
Baudilio Díaz: Aquel catcher “cambao” de Cúa
El atardecer de un viernes siempre tiene expectativas de fin de
semana. Para tí, aquel 23 de noviembre de 1990 representaba el tercer
día de guardia nocturna en el laboratorio físico-químico de
Superoctanos en la zona industrial de Jose. El trasnocho acumulado te
llevó a recostarme en la alfombra de la sala del apartamento. Mientras
sentías las arenas del sueño perdido en los párpados, encendíste el radio.
Notaste que hablaban de Baudilio Díaz. Cuando viste que pasaban los minutos
y seguían hablando de Baudilio, te incorporaste y subiste el volumen: “Un
accidente terrible acaba con la vida del primer receptor venezolano en
llegar a las Grandes Ligas…”
Te levantaste y empezaste a bañarte y vestirte mucho antes de lo que
acostumbrabas. El trasnocho se espantó entre fotografías de revistas de
Sport Gráfico que mostraban a Baudilio como receptor de bull pen con
los Leones del Caracas. A principios de los 70 las pocas oportunidades
de jugar que recibió se debieron a aquellos juegos de “puros criollos”
que se efectuaban como parte de doble juegos. En uno de esos juegos
recibió el no hit no run de Urbano Lugo padre en enero de 1973.
En la temporada 1975-76 los equipos Caracas y La Guaira se fusionaron
en Tibuleones, se pudiera decir que a partir de allí Baudilio empezó a
jugar con regularidad en la LVBP. Entonces participó en 42 juegos,
bateó para .259 en 112 turnos al bate.
Baudilio subió a Grandes Ligas con los Medias Rojas de Boston en
septiembre de 1977. Sólo actuó en 2 partidos. La próxima temporada
(marzo 1978) pasó a los Indios de Cleveland junto a Tex Cox, Mike
Paxton y Rick Wise por Dennis Eckersley y Fred Kendall.
Mientras salías del baño tropezaste con la puerta del cuarto, mientras te
sobabas la nariz fue inevitable aquella transmisión de RCTV. Durante el
quinto juego de la Serie del Caribe de 1979, Abelardo Raidi y Henry
Altuve se deshicieron en expresiones de júbilo cuando Oswaldo Olivares
hizo dos disparos al plato donde Baudilio se plantó cual barrera
infranqueable para detener las carreras de los dominicanos mediante
dos dobleplays de leyenda. Allí ganó su primera Serie del Caribe, con
el Magallanes.
Baudilio representaba la piedra angular donde los Leones del Caracas
armaron todos aquellos equipos campeones de finales de los setenta y
comienzos de los ochenta, incluida la Serie del Caribe de 1982 ganada por el
Caracas y el no hit no run de Urbano Lugo hijo en el juego culminante
de la final de 1987 ante La Guaira.
Estuviste un buen rato en el balcón siguiendo las estrellas del cielo
novembrino. Cuando Len Barker lanzó el juego perfecto en mayo de
1981, Baudilio era el segundo catcher de los Indios, es muy probable
que haya recibido a Barker en el bull pen aquel día. En noviembre de
ese año pasó a los Filis de Filadelfia como parte de un cambio entre
tres equipos que llevó a Lonnie Smith de los Filis a San Luis. A
Silvio Martínez y Larry Sorensen de San Luis a Cleveland. Y a Scott
Munninghoff y un pelotero a ser nombrado después de Filadelfia a
Cleveland.
La de 1982 resultó su mejor temporada en la Gran Carpa: 144 juegos,
525 turnos al bate, 69 carreras, 151 imparables, 29 dobles, 18
jonrones, 85 empujadas, .288 de promedio al bate. Esa temporada le
valió convertirse en apenas en uno de dos receptores de los Filis que
en una temporada batea más de .275, y conecta más de 25 dobles y 15
jonrones; el otro es Mike Lieberthal. En 1983 llegó hasta la Serie
Mundial con los Filis.
Al esperar por el autobús del trabajo, sólo la imagen de Baudilio
casi metiéndose en el dugout de la derecha del Universitario para
indicarle a Luis Mercedes Sanchez que había que esconderle la bola a
Carmelo Martínez, te mantenía despierto. Sánchez vino por el medio y
Martinez se la sacó por todo el centro. Allí se quedaron las
esperanzas de La Guaira de ganar aquella Serie del Caribe de 1983.
En agosto de 1985 pasó de Filadelfia a los Rojos de Cincinnati junto a
Greg Simpson por un jugador a ser nombrado después, Tom Foley y Alan
Knicely. Fred Toliver resultó ser el jugador a ser nombrado más tarde.
Cuando entraste al pasillo del autobús, varios huecos en la via agitaron
la narración de Delio Amado León aquel enero de 1980: “Allá va un
batazo largo a lo profundo del left field…parece que la bola se va, se
va….joooooooonroooooon de Baudilio Díaz, el número 20. Hay un nuevo
registro para la Liga Venezolana de Béisbol Profesional”. Cuando lograste
sentarte a mitad del autobús todavía se escuchaba la ovación en el
Universitario.
Alfonso L. Tusa C. Noviembre 23, 2010.
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