Se busca plasmar la conexión entre el béisbol y la vida, como cada regla del juego resulta una escuela de reflexión hasta para los seguidores más remotos cuando los sucesos del mundo indican que ciertas veces las normas de justicia son violadas; el transcurso de las sentencias de bolas y strikes reflejan la pertinencia y compromiso de cada pelotero en respetar la presencia del árbitro.Cada jugador deja lo mejor de sí sobre el campo de juego a pesar de lo complicado que pueda ser su vida.
viernes, 15 de agosto de 2025
Bill Lee Recuerda a los Medias Rojas de Boston de 1975. (II).
Herb Crehan. 23-05-2015
Lee lanzó magistralmente por ocho innings, limitó a los Rojos a cuatro imparables y una sola carrera en el cuarto inning. Se preparaba para ir al montículo en el noveno inning con ventaja de 2-1, cuando los árbitros detuvieron el juego por lluvia.
“Yo estaba lanzando muy bien y pienso que hubiera dominado el noveno sin el retraso por la lluvia”, declara Lee. “Cuando finalmente subí al montículo después de la suspensión, Johnny Bench despachó doblete a la banda contraria y vino a relevar Dick Drago para mantener la ventaja. Los Rojos anotaron dos carreras para ganara 3-2 y perdimos un juego que debimos haber ganado”.
Los Medias Rojas regresaron a Boston perdiendo tres juegos a dos con Bill Lee programado para lanzar el sexto juego. Entonces llovió, y llovió mucho más. Despues de tres días de lluvias, el manager Darrell Johnson anunció que Luis Tiant abriría el sexto juego y Bill Lee lanzaría el séptimo si era necesario.
“Yo estaba disgustado”, recuerda Bill. “Sabía que podía dominar a los Rojos en el sexto juego en Fenway. Pero lo más importante era que yo sabía que Luis necesitaba otro día de descanso”.
Luis Tiant pitcheó valientemente en el sexto juego pero fue relevado en el octavo inning con los Medias Rojas abajo 6-3. Luego que Bernie Carbo despachara su dramático vuelacercas de tres carreras en ese octavo inning, Bill Lee se encaminó a la sala de masajes para prepararse para el séptimo juego. “Estaba recostado en la mesa de masajes cuando Fisk bateó su jonrón pero me dirigí muy rápido hacia el dugout”, sonríe él.
Bill Lee blanqueó a los Rojos a través de cinco innings y llegó al sexto con ventaja de 3-0. Con corredor en primera y un out, Johnny Bench bateó un rodado perfecto para dobleplay hacia el campocorto Rick Burleson, pero el tiro del segunda base Denny Doyle aterrizó en el dugout de los Medias Rojas para dejar vivo el inning.
Bill Lee le lanzó una curva al siguiente bateador y Tany Pérez la conectó hacia la oscuridad de la noche para sobrevolar la pared del jardín izquierdo. “Nunca debí hacer ese pitcheo”, reconoce Lee. “Todavía estaba lamentándome por el dobleplay que no se hizo”.
Lee pitcheó hasta el séptimo inning, salió del juego con los Medias Rojas adelante 3-2. Pero los Rojos igualaron el juego en el séptimo, y un sencillo de Joe Morgan en la apertura del noveno inning le dio a los Rojos una victoria 4-3 y el campeonato mundial. “No ganar el séptimo juego y perder la Serie Mundial fue de lejos mi mayor disgusto en el beisbol”, dice Bill Lee.
Los años finales.
Pocas cosas le salieron bien a los Medias Rojas o a Bill Lee en 1976. Los campeones defensores de la Liga Americana nunca encontraron su mejor juego y terminaron en tercer lugar, catorce juegos y medio detrás de los Yanquis de Nueva York. El manager Darrell Johnson fue cesanteado después del receso del juego de estrellas, y el dueño por largo tiempo de los Medias Rojas, Tom Yawkey falleció el 9 de julio.
Bill Lee se lesionó su hombro en una pelea con los Yanquis de Nueva York el 20 de mayo de ese año. La pelea se produjo luego de un choque en el plato cuando Carlton Fisk bloqueó exitosamente el plato contra el jardinero de los Yanquis, Lou Piniella. En el tumulto que siguió, Graig Nettles levantó en peso a Lee y lo lanzó al suelo. Bill terminó en el hospital con el hombro severamente lastimado.
Bill Lee terminó la temporada con marca de 5-7, apareció solo en 24 juegos. La temporada de 1977 fue algo mejor para Bill. Mejoró a 9-5, pero solo lanzó 128 innings en 27 juegos.
Los Medias Rojas y Bill Lee tuvieron una gran arrancada en 1978. Para mediados de junio los Medias Rojas le sacaban ventaja de doble dígito a los Yanquis que ocupaban el segundo lugar, y Lee mostraba marca de 7-3. Las cosas dieron un giro negativo el 16 de junio cuando Lee supo que su gran amigo Bernie Carbo había sido vendido a los Indios.
“Estaba dando una clase de cocina en Faneuil Hall cuando supe que habían vendido a Bernie. Pense que era una decisión terrible. Me dirigí hacia el clubhouse de Fenway Park, vacié mi casillero, y anuncié mi retiro”.
El retiro de Lee fue breve. Cuando el gerente general de los Medias Rojas le dijo que sería multado con 500 $ por faltar a un juego, Lee respondió, “Llévala a 1500. Me voy a tomar el fin de semana libre”.
Lee tenía marca de 10-3 el 15 de Julio, pero el manager Don Zimmer había perdido la confianza en el zurdo, por lo cual fue utilizados en labores secundarias por el resto de la temporada. Bill Lee vio la descorazonadora derrota del playoff ante los Yanquis desde el bull pen de los Medias Rojas.
El 7 de diciembre los Medias Rojas cambiaron a Bill Lee hacia los Expos de Montreal por el jugador del cuadro Stan Papi. Al preguntarle como se sintió cuando supo del cambio, Lee responde “Lloré como un bebé. Y luego dormí como un bebé. Lo que quiero decir es que dormía dos horas, me despertaba y lloraba, dormía dos horas más y me despertaba y lloraba más”.
El cambio de escenario pareció favorecer a Lee en 1979. Ganó 16 juegos, y su efectividad de 3.04 clasificó como octava en la Liga Nacional. “Me gustó mucho Montreal y Canadá en general”, enfatiza Lee. “Y volví a batear. El bateador designado es una de las peores cosas que la haya ocurrido al beisbol. Tenemos una clase baja de atletas entre los pitchers de hoy, debido a que batear no importa”.
Lee pasó las temporadas de 1980 y 1981 con los Expos, pero en 1982 su temporada llegó a un final prematuro. Luego que los Expos cesantearon al segunda base Rodney Scott, Bill protestó y el gerente general John McHale lo llamó para darle su libertad incondicional. “Le dije a McHale que los Expos nunca ganarían la Serie Mundial. Y el me dijo que no volvería a jugar en las grandes ligas”. Ambos acertaron.
Bill Lee hoy.
¿Podría Bill Lee darle un par de innings a los Medias Rojas en la postemporada de 2016 si fuese necesario? “Caramba, podría pitchear mañana”, responde él. “Jugué el otro día y bateé tres imparables, empujé cuatro carreras, y lancé hasta el octavo inning”.
Lee, quien cumplirá 70 años el próximo diciembre, agrega, “Lancé 347 innings el año pasado. Estoy en muy buena forma”.
Para el momento de nuestra entrevista Bill había regresado de un viaje a Cuba donde dirigió a un equipo de jóvenes canadienses en un torneo. “La pasamos muy bien”, dice él. “Todos en Cuba aman el beisbol”.
Bill Lee y su esposa Dianah viven la mayor parte del año en su hogar de Craftsbury VT, pero pasan el invierno en el area de Fort Myers. Bill tiene cuatro hijos mayores de matrimonios anteriores, Michael, Andrew, Kaitlan y Anna. Y es el orgulloso abuelo de cinco nietos y una nieta.
¿Tiene Bill Lee un mensaje para los aficionados de los Medias Rojas? “Dígales que mantengan la fe. Los Medias Rojas de 2016 van a pasar de peores a mejores a peores, a de peores a mejores. ¡Eso es una marca que sería difícil de romper!” dice enfáticamente.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. Mayo 16,2018.
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