miércoles, 17 de septiembre de 2025

Delio Amado León en extrainning

El Nacional. Octubre 14, 1996. Erika Tucker
“Con guante en mano, regresa el próximo 23 de octubre por Venevisión y YVKE Mundial, para transmitir la liga especial de béisbol, único deporte que ha practicado con fidelidad. Fiel también le sigue a la vida quien estuvo a punto de meterle un strike por bola y dejarlo con las bases llenas. Todavía le queda demasiada cancha por recorrer a quien aún recuerda haber narrado el primer jonrón que conectó Antonio Armas, así como el último. Verlo es creer en algo, quizá y para ser justos, en él mismo. En ese hombre con casi 25 años siendo voz en cada juego de béisbol en los que la bola “se va, se va, y se fue de…hoooommmmmeeeee run”, o bajo el “upper” de izquierda de los que se baten en el ring. Es Delio Amado León, a quién el nombre le bautizó la vida, con el signo que lo ha llevado a darse a conocer como el propio “león”, que rugió y seguirá haciéndolo pese a que la vida le jugó una trastada que lo impulsó a “pedir tiempo”, resguardarse en el “bullpen”, hacer más señas que “umpire” en apuros y recostarse en las cuerdas de un ring, como para tomar un segundo aliento. Ahora, casi recuperado de males, se sabe que ni sé acabó el juego, ni se quedó en la lona, aunque la toalla estuvo suspendida en el aire justo cuando la cuenta de tres iba por dos y las luces del estadio parecieron apagarse por momentos. Delio Amado viene de regreso, después de haber caído tras una lesión cancerígena de doce centímetros en su pulmón izquierdo (reducida ahora tan sólo a cinco) y de sobreponerse a un edema en el cerebro que estuvo a punto de pasarlo a retiro. Y es que el veterano de 64 años no en vano ha vivido entre competencias, y un mal como este no iba ganarle, menos sin dar la lucha. Lo sigue, con el amor de una mirada siempre encontrada, Auristela, su esposa, un monumento que en su juventud jugó voleibol y que lo trajo a su cancha desde hace 46 años y le dio cinco hijos. Dios y gente buena. “Todo empezó en febrero de este año cuando regresé de la Serie del Caribe. Me sentía cansado, sin ánimo y un poco nervioso, fue cuando le dije a mi vecino, el médico Andrés Octavio, que quería hacerme n chequeo preventivo. Y bueno, me diagnosticaron cáncer”. La gorra de aquel evento le tapa una calvicie forzada. Está flaco, pero entero. Con una vitalidad que asombra, más cuando se sabe que estuvo postrado, inválido de espíritu y tan deprimido que no aguantaba conteos. Mira fijo y la historia – se sabe y lo reconoce luego – lo golpea, pero oír un quiebre en su voz o notar un mal tiempo en sus ojos, no se lo permitió en la conversación ya convertida en un acto de buena fe. “Me deprimí mucho, tanto que si no hubiese sido por el apoyo familiar, el de mis amigos y el de los médicos a los que me entregué, no sé que hubiese pasado. Me dolía además el no poder ir a las Olimpíadas, pero tuve que tomar una decisión y fue la de mi vida”.
No parece – precisamente – un león enjaulado en el hogar que lo retiene ahora, cuando se recupera demasiado bien después de los tratamientos a los que se ha sometido. Venía de realizarse un nuevo análisis endoscópico la felicidad no la ocultaba. “Estoy sorprendentemente bien, así lo dijo el doctor”, asegura. -Se supo que se trasladó hasta una persona que “sana milagrosamente”… -Sí, ella está en Urachiche, en el estado Yaracuy. Es una señora que supuestamente se transforma en el doctor José Gregorio Hernández, atiende a mucha gente, no cobra y trabaja con medicina natural. -¿Lo operó? - Sí, eso fue increíble, me operó en el pulmón y en los ganglios que me afectaban el brazo y la pierna izquierda. Yo sentí el bisturí, aquí al costado – señala la zona – y no boté ni una gota de sangre. A los días los dolores se me fueron. -¿Usted cree en quién o en qué? - En Dios y en la gente buena. Esa visita la realizó a las tres semanas de haber salido de la clínica. Una enfermera fue compañera de noche y de día y al caminar tenía una andadera como apoyo. Fue aparatoso el traslado junto a Juan Pedro Del Moral, quien lo acompañó en la aventura de fe. “Aquello estaba lleno de gente que esperaba sanarse. Eso me mueve a pensar que hay que creer en algo. Ella atiende en un lugar donde no hay luz eléctrica, sólo velas y un altar. Me preguntó de que sufría, y entonces me operó como te dije”. Tiburón por partida doble Allí no quedaron sus búsquedas la próxima seña fue la del doctor Pedro Vargas, quién entró en juego con las cápsulas del cartílago de tiburón. “En ocho días te levantas de esa cama”, e prometió el hombre y la promesa bien costó el amargo sabor de “Aquello” mezclado con el yogur de rigor para hacerlas más comestibles. Después vino la “medicina cuántica”, con las piedras y los cuarzos. -De todo esto, ¿qué lo sanó? -Todavía no lo sé. Todo ha sido como un proceso de recuperación integral. De todas maneras, prefiero hacerle caso a mi médico y continúo con el tratamiento de radioterapia directa al pulmón. Yo creo que uno lo que tiene que tener, es fe. -Ajá, pero ¿fe en qué? -En uno, en principio. -¿Cómo cree que logró sostenerla ante la palabra muerte?
-Mi depresión fue horrible, pero comprendí que primero que nada tienes que entender que se trata de una lucha contra un mal. Que cuando te dicen cáncer, se piensa que es un pasaporte a la muerte, pero que la medicina está tan avanzada que es posible salvarte, que es curable. Hay que tener fuerza de voluntad y no te puedes abandonar, más cuando tienes un equipo de gente que está contigo y hasta por ellos mismos uno tiene que seguir haciendo el esfuerzo de vivir. -¿Se sintió entregado en algún momento? -Sí, hubo un momento que no quería seguir por los dolores, pero me convencí a mi mismo que no podía defraudar a mi familia, a los amigos y a los doctores. Todo eso pega, sobretodo los testimonios del público, la cooperación, el ánimo que te llega y me convencí que me iba a curar. -¿Tuvo miedo? -¡No! Tengo mis hijos grandes… -¿Pensó que le quedaba algo por hacer? -Tampoco. ¿Qué no he hecho en esta vida? –He tenido la oportunidad en estos meses de hacer lecturas que me han ayudado a reflexionar, a pensar en el perdón, pero de lo que más estoy convencido es de vivir sin egoísmos, tomas las cosas con más calma. El 23 de octubre es la fecha que se ha fijado para su retorno a los micrófonos. Se entregará a la temporada como en sus mejores tiempos. Atrás están sus “amados leones” equipo con el que aún mantiene querella por una liquidación digna. Estará como la voz oficial de los “Tiburones” de la Guaira, con quienes se estrenó el año pasado. No pierde la ilusión de narrarles a los “Tigres” de Aragua, algo que quizá concrete antes de su retiro. “Porque eso tiene que llegar, ya está bueno. Hay que darle chance a la nueva generación, en la cual hay gente muy buena”.
Transcripción: Alfonso L. Tusa C. Febrero 21, 2015.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Baseball Dudes https://baseballdudes.com/

Peloteros: • Corran dentro y fuera del terreno. • Limpien lo que ensucien tú y tus compañeros. Que ese dugout quede impecable. • Sus impl...