jueves, 18 de septiembre de 2025

De Clarence a Cito, una vida por el béisbol. (I).

Bob Elliot, Toronto Sun. 28-09-2010
En su época juvenil y de novato de Grandes Ligas era conocido como Clarence Gaston. En aquellos tiempos, su hogar estaba en el 239 de Belmont Street, lado oriental de San Antonio, Texas, a seis minutos en carro del Álamo. Clarence tenía cinco hermanas. Ellas principalmente lo llamaban “hermano”. Aquí, en Toronto, donde Gaston dirigió por 13 temporadas, y ganó dos Serie Mundiales seguidas en 1992 y 1993, es conocido como Cito, de lejos el manager más importante que han tenido los Azulejos. Sólo ha habido unos pocos. Jim Fregosi destacó en el Serra High School de San Mateo, Calif. Su escuela produjo a los grandes ligas Barry Bonds, Gregg Jefferies, Check Lofgren y Dan Serafini; las estrellas de fútbol americano (NFL) Tom Brady y Lynn Swann; el entrenador John Robinson de USC; el inquilino del Salón de la Fama de CFL Tom Scott, y “el mejor atleta de todos en Serra”, de acuerdo a Fregosi … “¡Yo!” Las raíces del ex-manager Jimy Williams llegan hasta los Bulldogs de Fresno de Cal State University. Su escuela produjo a los grandes ligas Matt Garza, Tom Goodwin, Dan Gladden, Bobby Jones y Terry Pendleton; los jugadores de futbol americano (NFL) David Carr y Trent Dilfer, el entrenador de NFL Mike Martz junto a los entrenadores universitarios Lane Kiffin y Jerry Tarkanian. John Gibbons fue una antígua primera escogencia en el draft de 1980 de la secundaria Douglas MacArthur en San Antonio. Los Brahmas de MacArthur tambien produjeron a los grandes ligas Jerry Grote, Ken Pape y Jason Szuminski Otro manager de los Azulejos jugó softbol rápido para el Álamo Bank en Bankers League y después jugó béisbol con los Welders de Cardona. Clarence “Cito” Gaston es el único miembro del Àlamo Bank y los Welders de Cardona que jugó en Grandes Ligas y después tambien fue manager. “¿Ustedes creen que batear aquí es difícil? Traten de batear una pelota de softbol rápido lanzada a 15 metros de distancia”, dice Gaston. “Ellos pueden hacer que la bola suba y se hunda, o tirar la pelota desde los tobillos y hacerla subir hasta el pecho”. En 1961, después de destacar como estrella de tres deportes en la secundaria Holy Cross de San Antonio y en la Solomon Coles de Corpus Christi, Gaston trabajó estacionando carros en un garaje del centro. Un amigo, que jugaba para los Welders de Cardona, invitó a Gaston para que jugara con su equipo. Los Welders competían en la Spanish-American League, fundada en 1927, esta produjo a los grandes ligas Joel Hoerner y Gary Bell.
Los Welders tienen una tradición de familia y lealtad. En 1920, Lupe Cardona abrió una tienda de herrería en el 1823 de South Brazos St., en San Antonio. Martin, el hijo de Lupe, quién a menudo apostaba a los Welders cuando Gaston estaba en la alineación, eventualmente se hizo cargo del negocio de la familia. Èl se lo pasó a John, quién administró a los Welders por 31 años. Y ahora, John Jr. está a cargo de la tienda. En Cardona Welding, reparan, arreglan, ajustan piezas. Justo lo que hizo Johnny Cardona cuando le entregó a Gaston sus primeros zapatos de ganchos. “La fotografía de Clarence está colgada en la oficina desde el momento en que me la dio”, dice Cardona. ¿Clarence Gaston? Nadie lo llama Clarence ahora, excepto el presidente de los Azulejos Paul Beeston. En la oficina de Cardona en South Brazos hay una fotografía de 15 por 40 pulgadas, con el autógrafo de Clarence Gaston, en la misma realiza una atrapada con el uniforme de los Padres de San Diego. La fotografía es la única en la pared, está enmarcada con un bate Adirondack que tiene ‘C.Gaston’ troquelado en el barril y en un Louisville slugger, con otra firma ‘C.Gaston’ en su barril. “Tengo enmarcados en la casa mi camiseta de los Azulejos de Cito Gaston y mi bate autografiado por los campeones de las Series Mundiales de 1992 y 1993”, dijo Cardona. “No quiero que nadie me los robe”. Cardona dice que Gaston no ha cambiado. “Cito es el mismo hombre tranquilo de cuando jugaba con nosotros”. Cardona, quién ha visitado Toronto y Dunedin los dos últimos años, habla por teléfono desde su tienda cuando sus palabras se ahogan de repente. “Discúlpame”, Cardona dice cuando el ruido disminuye. “Un muchacho está haciendo una soldadura”. Dentro del baño de la tienda de Cardona hay fotografía de los Astros de Houston. “Los clientes me preguntan por qué tengo fotografías de jugadores mexicanos y de Cito en el frente y de los Astros en el baño”, Cardona dice con una sonrisa. “Les digo que traeré a los Astros al frente cuando ganen una Serie Mundial”. Cardona voló a Tampa hace dos años. Cuando llegó a Dunedin, los Azulejos estaban jugando. Se dirigió a la taquilla y le dijo a la mujer que él era “un amigo de Cito”. “La dama llamó a Cito y Cito dijo: ‘John Cardona puede venir las veces que quiera’” Si el scout de los Bravos de Milwaukee, Al Lamacchia hubiese realizado su ruta como la había planificado una tarde dominical nublada en marzo de 1964, podría no haber dos pendones de Serie Mundial colgando en el Rogers Centre.
Con la amenaza de lluvia, Lamacchia optó por observar un juego más cercano, antes que manejar más lejos por el autopista para ver un juego que podría ser suspendido por lluvia. El scout detuvo su carro a un lado de la línea de tercera base en el Olmos Park para echar un vistazo. “Ellos tenían a este muchacho grande y flaco en el centro, lo vi perseguir una línea a su izquierda, atraparla y lanzar a segunda”. Nos dijo Lamacchia hace unos años. “La primera vez, lo medí en 4.2 segundos de home a primera. Dos positivos. La segunda vez, largó un estacazo a nueve millas. Ahí fue donde me bajé del carro”. Lamacchia descubrió un diamante en bruto en aquel diamante destartalado. Y Gaston no tenía 25 años como el resto de los peloteros. “Tenía cara de niño”, dijo Lamacchia. Gaston, quién se había graduado en la secundaria hacía dos veranos, tenía 19 años y trabajaba con un camión de basura. “Si Al no se hubiera parado allí, nunca hubiéramos hallado a Cito”, dice el embajador de los Azulejos Jim Fanning, quién, para la época era el director de scouts de los Bravos. Gaston, el muchacho grande con el bate explosivo, firmó aquella noche con los Bravos y jugó con Bobby Cox en el Austin AA, y brevemente con los Bravos, antes de ir a San Diego por seis temporadas. Regresó a los Bravos, ahora en Atlanta, en 1975. Como manager de los Bravos, Cox despidió a Gaston en la primavera de 1979 en West Palm Beach, Fla. “Nunca dije ni una palabra cuando Bobby me dijo que me estaba despidiendo, quería hacerlo, pero nunca lo hice”, dice Gaston. “Me senté con mis lentes de sol puestos, nunca me los quité. Bateé sobre .300 esa primavera, pero me senté y escuché”. “Nunca se deben quemar los puentes”. En 1982, Pat Gillick empleó a Cox como manager de los Azulejos y Cox contrató a Gaston como instructor de bateo de los Azulejos. “He conocido a Cito durante casi toda mi carrera”, dice Cox, quién también esta colgando sus zapatos de manager esta temporada. “Sentí que sería un gran coach por su ética de trabajo y resultó que fue un gran manager. Èl es clase a parte”. Cox dijo que el no recordó haber despedido a Gaston tres primaveras atrás. “He tenido pocas de esas conversaciones a través de los años”. Cuando el coach Clarence llegó a Dunedin, era conocido como Cito Gaston. Su barajita de 1969 de Topps #340 dice: “Clarence Gaston” como tambien dice en su Topps #208 de 1979 con los Piratas de Pittsburgh. En su primera barajita con los Azulejos, la foto del equipo, está identificado como Cito Gaston. ¿Cómo Clarence se convirtió en Cito? Carlos Thompson le puso a Gaston el apodo en San Antonio porque pensaba que se parecía a un luchador mexicano llamado Cito. Gaston avanzó a otra esfera el 15 de mayo de 1989, sustituyendo a Williams con quién los Azulejos habían arrancado con marca de 12-24.
En su primer juego como manager interino, Gaston llevó a los Azulejos a una victoria 5-3 sobre los Indios de Cleveland en Exhibition Stadium. Los Azulejos ganaron siete de sus próximos once juegos y el 29 de mayo, estando en Cleveland, Beeston y Gillick quitaron la etiqueta de “interino”. Gaston era su hombre. La selección no fue sencilla. El coach de los Mets de Nueva York, Bud Harrelson, rechazó una entrevista con los Azulejos, dos semanas antes de la contratación de Gaston. El coach de los Medias Blancas de Chicago, Terry Bevington, el manager del Syracuse AAA Bob Bailor y el comentarista de los Yanquis de Nueva York, Lou Piniella también fueron entrevistados para el cargo. El dueño de los Yanquis, George Steinbrenner quería a dos del trío de David Wells, Duane Ward y Todd Stottlemyre para dejar ir a Piniella. “Este va por ellos”, dice Gaston brindando con una cerveza después de un juego al comienzo de una serie en casa. Para entender a Gaston, se necesita saber de donde venía. Conocimos a la madre de Gaston en junio de 1989, después que se convirtió en el manager a tiempo completo de los Azulejos. Gertrude tuvo tres hijos con su primer esposo Russell Gaston: Mary, Marjorie y Clarence. Después que se divorciaron en Bakersfield, Calif., Gertrude regresó a San Antonio con su prole y después se casó con Sam Collins. Gertrude dio a luz a Mattie y unas gemelas, Bettie y Barbie. Sentada en su casa de Belmont Street, era obvio que Gertrude, una mujer alta, había dejado emerger sus expresiones faciales. La madre reía de corazón, como lo hacían Collins y Barbie, al leer los periódicos de Toronto del día anterior. Su Clarence iba a tener que “hacerse duro y patear traseros”, así lo leyeron, ahora que reemplazaría a Williams como manager. Clarence Gaston: ¿pateador de traseros? “Nunca importaba cuan cansado podía estar, cuando regresaba a casa él animaba a todo el mundo”, dice Barbie. “Me agarraba por un brazo y una pierna cuando era una niña, me daba vueltas y vueltas hasta que me mareaba”. Gertrude iba a la iglesia East St. John tres veces a la semana, allí era la secretaria de la iglesia, lider de los monaguillos y enseñaba en la escuela dominical. Ahora, Gertrude ha fallecido. Marjorie murió en 1989, Mary dos años después…y Mattie el año pasado. Bettie y Barbie todavía viven en San Antonio. Nuestro viaje a San Antonio incluyó una visita a Lambert Field con Chon Cantu (antíguo manager de los Welders) y Cardona.

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