domingo, 14 de septiembre de 2025

Semblanza de Clem Labine de acuerdo al libro When The Cheering Stops.

En 1990, Bill Gutman escribió un libro llamado When the Cheering Stops que incluía entrevistas con veintiun antiguos peloteros de grandes ligas acerca de cómo les había ido en la vida luego de sus días de peloteros activos, en una época cuando el pelotero normal no se retiraba millonario. Esta historia, tomada del libro, es la décima de la serie que Bill llamó:
“WHEN THE CHEERING STOPS” – la Historia de Clem Labine “Siempre he dicho que había muy pocos peloteros a los que iría a ver, y como Jackie era mi compañero, siempre estaba ansioso por ir al estadio solo para verlo, así fuera en la práctica de bateo. Era una bola de fuego”, Clem Labine acerca de Jackie Robinson. Clem Labine llegó a los Dodgers de Brooklyn en 1950 y fue miembro integral de aquellos grandes equipos de los Boys of Summer a través de los años 1950s. Aunque era relevista, tuvo dos intervenciones muy oportunas como abridor. Lanzó un blanqueo en el segundo juego de la épica serie de playoff por el banderín de 1951 ante los rivales Gigantes de Nueva York, y también blanqueó a los Yanquis en la Serie Mundial de 1956, el día después del juego perfecto de Don Larsen. Labine dijo que nació y se crió como un Dodger, y fue con ellos hasta Los Angeles en 1958. También tuvo cortas estadías con los Tigres, Piratas y los Mets de la expansión antes de retirarse en 1962. En retrospectiva, tuvo lo que puede llamarse una muy buena carrera, una en la que siempre ayudó a su equipo. Clem apareció en 513 juegos y estuvo en el montículo cuando 288 de ellos terminaron. Tuvo marca de 77-56 y efectividad vitalicia de 3.63. Lanzó dos blanqueos en temporada regular y uno más en la Serie Mundial, demostrando que los relevistas de aquella época también eran capaces de lanzar nueve innings. No voy a concentrarme en los registros de Clem tanto como en las cosas que me dijo cuando hablamos en 1989. Fue abierto y honesto, y abundó en opiniones acerca del juego de su época y el juego como era cuando hablamos en 1989. Algo de su entorno. El espigado pitcher derecho nació en Lincoln, Rhode Island, el 6 de agosto de 1926. Recuerda que siempre jugaba alguna variante del juego de beisbol cuando era niño y llevaba la anotación de los juegos cuando los escuchaba en la radio. Su hermano mayor por cinco años le enseñó como lanzar la curva y esta se convirtió en uno de sus lanzamientos característicos. Al crecer como aficionado de los Medias Rojas, Clem estuvo esperando un buen rato cuando fue al Braves Field para una prueba con los Bravos de Boston pero se encontró que el club house estaba cerrado. Entonces ¿adivinen quien pasó por ahí? Charlie Dressen, entonces coach de los Dodgers a las ordenes de Leo Durocher. Cuando supo lo que Clem hacía allí lo invitó a practicar con los Dodgers. Los Dodgers lo firmaron antes de la temporada de 1944. Luego de una pasantía en el servicio militar, empezó su carrera de ligas menores en 1946. Recibió un llamado de un juego en 1950, y para finales de la temporada de 1951 estaba en Brooklyn para quedarse.
Luego de llegar a las mayores, rápidamente aprendió que en aquella época el negocio del beisbol favorecía en todo a los dueños. “Pienso que el equipo se aprovechaba mucho de los peloteros”, me dijo. “A menudo ofrecían prestarte dinero, luego incorporaban eso como parte del nuevo contrato. Y tenían la clausula de la reserva para amedrentarte. Si no firmas, no juegas”. Después de la temporada de 1953, cuando Clem tuvo marca de 11-6 y efectividad de 2.77 en 38 juegos, él buscaba un aumento para su salario de 9.000 $. “Yo tenía un agente llamado Frank Scott quien solía tratar de ayudarme a conseguir aprobaciones”, dijo él. “No era abogado pero fue conmigo para ayudarme a negociar mi nuevo contrato. Nos encontramos en Brooklyn y fuimos a ver al dueño Walter O’Malley. Alguien preguntó quien era Frank y llamó al gerente general, Buzzie Bavasi. Buzzie dijo que Frank no podía estar ahí, que nadie podía representarme. Y agregó que si Frank no se iba, llamaría a seguridad para que se lo llevaran”. Clem se las arregló por su cuenta y eventualmente firmó por 13.500 $. Clem también admitió que tenía un ego gigantesco y pensaba que podía hacer out a cualquiera. “Pienso que no puedes jugar este juego a menos que tengas ese tipo de ego”, relató él, “el tipo de confianza que te dice que no hay nadie que se vaya a parar ahí que sea mejor que tú. Una vez que pienses que no lo puedes hacer más, estás muerto”. Clem inició seis juegos en 1951 y ganó cinco, con cinco juegos completos. Dijo que tuvo un juego malo y decidió que tendría más control si lanzaba sin levantar la pierna. Dressen era el manager para ese momento y le ordenó que hiciera el wind up completo. De todas formas lanzó sin levantar la pierna y le batearon un jonrón con las bases llenas. “Después de eso, no pitcheé por tres semanas”, dijo él. “Dressen era un tipo autoritario. Tenía que ser a su manera o habría consecuencias.. Era un buen manager con buen sentido del beisbol, pero no trataba bien a las personas”. A pesar de algunos encontronazos con su manager, Clem amaba jugar para aquellos equipos de los Dodgers. “Había una verdadera unión en el equipo”, dijo él. “Pasábamos mucho tiempo juntos, dentro y fuera del terreno, y pienso que la cercanía entre los peloteros negros y blancos era lo que realmente fortalecía a nuestro equipo. Jackie Robinson era el catalizador de muchas maneras. No podía pararse en el terreno sin crear excitación. Campy (Roy Campanella) era un gran pelotero, también, pero no tenía la intensidad de Jackie. Jackie era una personalidad cosmopolita, una personalidad universal, algunos presidentes iban a ver los juegos”. Clem también habló de los jugadores de 1989, muchos de los cuales conoció durante la trigésima reunión de los Dodgers de 1959. “No se hablaban entre ellos”, dijo Clem. “Hablan un poco en el terreno y luego se van. Todo de lo que hablaban era de los 7.9 millones de dólares de Orel Hershiser, los 7.5 millones de Roger Clemens. El dinero es importante pero hay otras cosas involucradas en esto, incluyendo la lealtad a tus compañeros y el hecho de que ningún pelotero puede hacer nada solo”. También notó que si los peloteros de 1989 ahorraban su dinero, deberían estar bien el resto de su vida. “De ninguna manera eso ocurría con nosotros”, explicó él. “Ellos tienen una pensión increíble y su reflexión acerca de los peloteros viejos es que los veteranos no tienen nada que ver aquí. Eso es lo que nos han dicho a cada uno de nosotros acerca de mejorar el plan de pensiones. No quiero nada de ellos, pero pareciera importarles un pepino no dárselo a las personas que de verdad lo necesitan. Son un grupo muy egoísta, liderado por personas egoístas”.
Afortunadamente, Clem Labine planificó su retiro. Fue socio de una planta manufacturera que producía ropa de golf, impermeables y otros artículos. Permanecieron en el negocio hasta 1979, cuando no pudieron mantenerse ante la competencia extranjera. Después de eso, se convirtió en banquero y todavía trabajaba en eso cuando hablamos. “Hasta me encargo de mi corte de cabello”, dijo riendo. “Mis hijos me hicieron intentarlo y encontré que de verdad tengo cabello”. Dijo que nunca sintió necesidad de regresar al juego como coach o manager, pero adoraba asistir a los campamentos de fantasía y ver a los peloteros de su generación. “Todavía se puede ver el orgullo que tienen en su profesión y la facilidad con la que aún se mueven alrededor del infield. Verlos jugar contra los asistentes al campamento es como ver correr a un purasangre contra una mula. Ese orgullo, el orgullo de no querer ser derrotado. Nunca se pierde. Todavía está ahí. Y me parece que siempre será así”. Clem Labine falleció en marzo de 2007 a la edad de 80 años.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. 05 de septiembre de 2020.
Nota del traductor: Clem Labine jugó en LVBP con Navegantes del Magallanes. Temporada 1950-1951. 24 JL, 12 JC. 13 G. 4 P. 134 IL. 114 HP. 93 K. 47 BB. 1.95 Efec.

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