martes, 21 de octubre de 2025

Batear en La Noche

Bill Francis
Uno de los juegos más memorables en la historia de la postemporada ocurrió en la Serie Mundial de 1975, un encuentro que llegó a una conclusión dramática con un swing de media noche en el cual el bateador haló la pelota para que se mantuviera en territorio bueno. El 21 de octubre de 1975, en el sexto juego de la Serie Mundial, el cátcher de Boston Carlton Fisk descargó un jonrón decisivo sobre un pitcheo en cuenta de 1-0 al abrir el cierre del duodécimo que le dio a los Medias Rojas una victoria 7-6 sobre los Rojos de Cincinnati ante una multitud de 35.205 personas en Fenway Park. Al utilizar señales manuales e inglés corporal para prevenir que su conexión ante Pat Darcy fuese foul, la pelota se estrelló contra el poste de foul del jardín izquierdo mientras los fanáticos eufóricos se desperdigaban sobre el diamante desde las tribunas y Fisk rodeaba las bases y la serie se enfilaba hacia el séptimo juego. Es un momento que vivirá por siempre en Cooperstown __recordado en la exhibición Whole New Ballgame del museo. “La reacción de Fisk fue la repetición individual más grande que hemos tenido en la historia de la Serie Mundial”, dijo el director del juego, Harry Coyle, quien había manejado casi 30 transmisiones del Clásico de Otoño hasta ese momento por NBC desde 1947. “Eso supera a Yogi Berra saltando hacia los brazos de Don Larsen después del juego perfecto”. De acuerdo a Fisk, él se volteó hacia su compañero de equipo Fred Lynn, quien bateaba quinto en el orden detrás de Fisk en este juego, antes de salir como primer bateador de duodécimo inning y le dijo, “Voy a batear una línea contra la pared y depende de tí traerme al plato”. Pero Darcy, el último de ocho pitchers que usaron los Rojos en ese juego, quien había lanzado dos innings en blanco, hizo la conversación irrelevante cuando permitió el vuelacercas de Fisk. El pitcheo fue una sinker (pelota que se hunde) abajo y adentro. Supe cuando la bateé que sería foul o jonrón. Pensé que se iba a desviar alrededor del poste, pero lo golpeó”, dijo Fisk, elegido al Salón de la Fama en 2000, desde el clubhouse después del juego. “Sabia que el viento estaba soplando hacia afuera. En realidad el viento empujó mi batazo unos ocho metros hacia el poste de foul. El viento siempre hace eso aqui”. “También sabía que los fanáticos iban a estar por todos lados en el terreno. Me concentre en pisar cada base sin importar la confusión que había allí. Me dije, ‘Voy a correr como O.J. Simpson,y tocaré esas bases sin importar a quien tenga que apartar’”. El afamado bate que Fisk usó para despachar su impresionante jonrón será uno de muchos artefactos a mostrarse en Whole New Ballgame , una nueva exhibición en el segundo piso del National Baseball all of Fame and Museum que estará abierta al publico el 7 d noviembre.Whole New Ballgame, la cual reimagina la historia del beisbol desde 1970 hasta hoy, incluirá nuevos despliegues de videos y muchos artefactos raros.
El bate que Fisk usó esa noche __un Louisville Slugger de 45 pulgadas de longitud y 30 onzas de peso__era un modelo Rick Burleson dos onzas mas liviano y media pulgada más corto que el del catcher Fisk, quien también uso ese bate en el séptimo juego,al sentirse atraido por esa pieza de madera del campocorto del equipo a medida que el juego avanzaba porque era más ligero y fácil de manejar. Otros momentos resaltantes del sexto juego incluyen la atrapada acrobática del jardinero Dwight Evans ante la línea de Joe Morgan hacia el jardín derecho en el undécimo inning que fue convertida en dobleplay y el dramático jonrón de tres carreras de Bernie Carbo como emergente con dos outs en el octavo inning para igualar la pizarra 6-6. “Fue un juego fantástico”, dijo Fisk de 27 años de edad nativo de Vermont, en referencia al desafío pospuesto tres días por lluvia- “No se está precisamente en la cima del mundo cuando se pierde ante un equipo como los Rojos de Cincinnati 6-3. a falta de cuatro outs. Pete Rose se me acercó en el décimo inning y dijo, ‘Este es un juego especial, ¿cierto? Y le respondí, ‘Un juego especial’”- “Miren, ustedes han estado oyendo acerca de Johnny Bench por cinco años o algo así. Pero mañana van a leer sobre mí”. El juego duró cuatro horas, a un minuto para completar el juego más largo, en tiempo, en la historia de la Serie Mundial hasta ese momento. Con la noche del martes convirtiéndose en mañana del miércoles, el reloj marcaba las 12:33 a.m. cuando “Pudge” golpeó su batazo contra la malla amarilla adosada a la parte interna del poste del jardín izquierdo cerca del Monstruo Verde. Pronto.el organista de Fenway Park, John Kiley ingerpretaba “Stouthearted Men”, el “Hallelujah Chorus” y “The Beer Barrel Polka”. “Y en un instante la pelota estaba ahí, como el puente de Mystic River, suspendida en la oscuridad de la madrugada”, era el inicio del párrafo que el ganador del premio 2004 W.G- Taylor Spink, Peter Gammons escribió el día siguiente en el Boston Globe. El colega de Gammons en el Boston Globe, el columnista Ray Fitzgerald, lo llamó el mejor juego de la historia, superando al séptimo juego de la Serie Mundial de 1960 en el cual el segunda base de los Piratas, Bill Mazeroski largó un jonrón en el cierre del séptimo inning para darle a los Bucaneros el campeonato sobre los Yankees. “Ahora, el juego de Mazeroski es el segundo”, escribió Fitzgerald. “El de anoche fue un juego de Picasso, una sinfonía de Beethoven ejecutada en un parche de grama en la Back Bay de Boston- Con una audiencia nacional televisiva de unos 50 millones, el estacazo culminante escuchado alrededor del mundo beisbolero ocasionó que sonaran las campanas de la iglesia de Charlestown, N.H., donde vivían los padres de Fisk. David Conant, quien sonó las campanas en la Iglesia Episcopal después del juego, dijo que el ruido despertó al ministro, quien pensó que el sonido de las campanas “era una idea infernal”. “Hasta este juego, yo pensaba que el extrainning que perdimos en Cincinnati (una derrota 6-5 en 10 innings en el tercer juego) era lo más emocional que habíamos experimentado. Sin embargo en este juego, la escena estaba servida para todo, “, dijo Fisk. “Sabíamos que los Rojos no nos iban a sacar del parque,y sabíamos que no los íbamos a reventar. Todos estábamos muy emocionales”. Los Rojos capturarían su primera Serie Mundial en 35 años el día siguiente con un triunfo 4-3. Bill Francis es un Library Associate en el National Baseball Hall of Fame and Museum.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. Octubre 20, 2025.

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