Se busca plasmar la conexión entre el béisbol y la vida, como cada regla del juego resulta una escuela de reflexión hasta para los seguidores más remotos cuando los sucesos del mundo indican que ciertas veces las normas de justicia son violadas; el transcurso de las sentencias de bolas y strikes reflejan la pertinencia y compromiso de cada pelotero en respetar la presencia del árbitro.Cada jugador deja lo mejor de sí sobre el campo de juego a pesar de lo complicado que pueda ser su vida.
martes, 28 de octubre de 2025
¿A donde te fuiste Iván Murrell?
Sandy Burgin. MLB.com. 15-01-2002
Él jugó en uno de los no-hitters más famosos, algunos dicen infames,
en la historia del béisbol. Puede haber sido el pelotero
latinoamericano más joven en jugar en las Grandes Ligas, dependiendo
del certificado de nacimiento que se tome en cuenta.
Fue uno de los primeros jugadores que formó parte de dos equipos de
expansión. Fue un boxeador amateur invicto, quién además pudo jugar
futbol profesional. Tiene un hijo y una hija que juegan voleibol de
playa profesional.
Y a la edad de 56 o 58 años todavía tiene que ver con el juego que le
apasiona, béisbol.
Iván Murrell, un miembro de los Padres de San Diego originales de
1969, tiene un cúmulo de memorias de una carrera de 10 años en las
Grandes Ligas y toda una vida dentro y alrededor del béisbol.
Murrell, quién comenzó su carrera con el equipo de expansión Col 45’s
de Houston en 1963, jugó para cuatro equipos, incluyendo a los Astros
de Houston, los Padres y los Bravos de Atlanta, con quienes terminó su
carrera en Grandes Ligas en 1974.
Murrell, un jugador del cuadro y jardinero, jugó cinco temporadas
completas con los Padres, empezando por su año inaugural de 1969.
Participó en un juego del 12 de junio de 1970 que es parte del
folklore del béisbol y extrañamente ligado a los Padres del presente y
el pasado.
En aquella fecha, el pitcher de los Piratas, Dock Ellis, lanzó sin
hits ni carreras, para igualar una marca de Grandes Ligas al conceder
8 boletos. Golpeó dos bateadores, incluyendo a Murrell, y llenó las
bases dos veces en una victoria 2-0, era el primer juego de una doble
cartelera nocturna en Jack Murphy Stadium. Fue el primero y único
no-hitter lanzado en San Diego hasta el 12 de mayo de 2001 cuando A.
J. Burnett de los Marlins dejó sin hits ni carreras a los Padres,
caminó a 9, un record de Grandes Ligas y le rompió la mano a Damian
Jackson con un pitcheo en una victoria 3-0 en Qualcomm Stadium.
Lo que hizo más resaltante el no-hitter de Ellis fue el hecho de que
lo hizo bajo la influencia de drogas alucinógenas suministradas (de
acuerdo a Terry Cannon de The Baseball Reliquary) por el Dr. Timothy
Leary.
“Yo conocía muy bien a Dock Ellis”, dijo Murrell desde su hogar en
Port St. Lucie, Fla. “Él era un tipo muy intenso y competitivo lo que
llamaríamos en el mejor de los sentidos uno de esos ‘locos’.
Ciertamente ese fue un juego extraño, pero no pienso que alguno de
nosotros pensara así de extraño sobre eso”.
“Lo que recuerdo más de todo eso fue haber visto a Dock dos días
después caminando a través del campo desde el dugout de Pittsburgh
hacia el bullpen”, recordó Murrell. “Se volteó hacia mí y gritó ‘epa
Murrell, Murrell, mira esto’ Miré su cabello, tenía un afro en
aquellos días, tenía unos rizos rosados”.
“Ese día tambien tenía puesta una chaqueta que decía: ‘Mr. No-No’
Definitivamente era alguien de quién no podías saber de donde venía o
hacia donde iba. Siempre te sorprendía con algo inesperado”.
Murrell está bien consciente de donde viene y hacia donde va.
Ahora entrena jugadores de secundaria y la universidad, de manera individual.
“He estado tratando de establecer mi propia academia de beisbol para
retribuirle a los muchachos”, dijo Murrell. “He ayudado a unos cuantos
muchachos de secundaria para avanzar a la universidad y a varios
universitarios para saltar al profesional.
“Ahorita tengo que usar muchos campos del condado y de las
secundarias porque no tengo terreno propio”, dijo Murrell.
“Desafortunadamente cuando jugábamos, yo no ganaba el dinero que pagan
hoy. Mi primer cheque fue de 5500 dólares y el último con los Bravos
fue de 34000 dólares.
“Lo que me gustaría hacer algún día es comprar un pedazo de terreno y
construir mi propio estadio. Hace unos años estaba entrenando tres
equipos de diferentes grupos de edades. Los llevábamos por todo el
estado de Florida, Puerto Rico y Santo Domingo. Era difícil conseguir
patrocinantes, por eso ahora entreno de manera individual”.
Aún cuando su carrera en las Grandes Ligas terminó en 1974, la
carrera profesional de Murrell continuó por varios años en la Liga
Mexicana.
“Jugué hasta 1984”, dijo Murrell, “Quería jugar hasta los 50. Estaba
en buena forma, pero los sueldos en México no eran tan buenos. Lideré
la liga en jonrones y carreras empujadas por dos temporadas. Sentí que
no había mucho más que probar”.
Murrell dejó el béisbol y se mudó a Brooklyn, N.Y., donde él y un
amigo establecieron un club nocturno de 1989 a 1990.
“Hubo muchas drogas, muchas peleas, un tiroteo, no nos fue bien”,
dijo Murrell. “Después de eso me mudé a Stuart, Fla., y empecé a
entrenar niños y a enseñar ESO (Education of Students of Other
Languages). También participé en la Senior League, de corta vida, para
jugadores mayores de 35 años”.
Murrell siempre ha tenido la voluntad para desenvolverse en varias
actividades. Creció en Costa Rica, allí jugaba futbol y estudiaba
mecánica de aviación. Luego que sus padres se divorciaron, él regresó
a Panamá con su madre y comenzó a boxear. Se mantuvo invicto como
púgil amateur del peso medio y recibió ofertas para hacerse
profesional.
Fue seleccionado para jugar con el equipo de futbol de Panamá en los
Juegos Panamericanos de 1963, pero terminó firmando un contrato de
béisbol de Grandes Ligas con los Colt 45’s de Houston.
“Nunca jugué béisbol organizado hasta que cumplí 17 años”, dijo
Murrell. “Afortunadamente para mí, me di cuenta que mi mejor
oportunidad de venir a los Estados Unidos era como beisbolista. Cuando
regresé a Panamá dos años después de jugar en las Grandes Ligas en
1964, la gente me preguntaba: “¿Cómo carrizo lo pudiste lograr tan
rápido?” Les dije que lo deseaba con todo mi corazón”.
Murrell pudo o no haber sido el jugador latino más joven en las Grandes Ligas.
“Mi edad beisbolera hoy es 56, aunque en realidad tengo 58”, dijo
Murrell. “En aquellos días y aún ahora, algunos de los jugadores
latinos se quitaban uno o dos años de edad. Eso ayudaba para conseguir
1500 dólares adicionales por clasificar para Clase A, 2500 para AA y
5000 para AAA. Ahora, por supuesto puedes ganar millones adicionales
si ellos piensan que eres uno o dos años más joven. Cuando me hice
profesional supuestamente tenía 18 años, pero en realidad tenía 20.
Traducción: Alfonso L. Tusa C. Agosto 30, 2011.
Ivan Murrell falleció el 08 de octubre de 2006 en Stuart, Florida.
USA. Jugó en la LVBP con Cardenales de Lara (1969-70), Navegantes del
Magallanes (1971-72, 1973-74) y Tiburones de La Guaira (1972-73).
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